martes, 1 de diciembre de 2009

José Emilio Pacheco: Notas sobre treinta años de poesía

En 1959 leí
aquel poema suyo que comienza diciendo:
'Nosotros los sobrevivientes
¿a quién debemos la sobrevida?'

Y desde entonces me lo sé de memoria
y me parece cada vez más actual,
más dolorosamente mío,
porque son tantos
los muertos y las muertes
que llenan o vacían este trozo de siglo
que es increible que sigamos viviendo
y en 1981, en otro mundo ciertamente,
pueda leer
palabra de mi pueblo, testimonio
de treinta años de hacer poesía.
Se dice fácil pero cuántas cosas
nos separan de aquel momento.
A partir del 59
también hay otra historia de la poesía
y Cuba está en el centro y en el centro de Cuba
Fernández Retamar que ha sabido
reunir a los autores de esa otra poesía.
(Iba a escribir "nueva poesía";
me doy cuenta
de lo veloces que han pasado los años).
Si hubo un 98 llamemos a aquella
"generación del 59" y no sólo en Cuba.
En modo alguno desdeño
los libros iniciales de Retamar
pero su mejor poesía se ha escrito
después de la revolución y desde ella.
No ha sido tanto
el mediador entre dos poesías
como el trasmisor que elige críticamente
lo vivo del pasado,
la parte susceptible de enriquecer
la nueva cultura.
En su caso, y entre otras cosas,
la conciencia
de que el rigor artístico,
la perfección del oficio,
el mayor nivel de exigencia
no salen sobrando
dentro de la revolución
sino que resultan
perfectamente revolucionarios.
Que Retamar no se ha equivocado lo prueba
la excelencia contínua de la poesía cubana
que al inventar su tradición
revoluciona y pone al día el pasado.
-
Pero no sólo a sus compañeros cubanos:
a todos los de esta parte del mundo
Retamar nos ha enseñado algo o mucho.
Yo pondría en primer término
(sin perjuicio de otras lecciones)
el "deber y el derecho de escribir sobre todo".
Después de él y sus compañeros (no los olvido)
ya nada es indecible,
ya todo es combustible para que arda el poema:
la grandes conmociones de la revolución,
los héroes conocidos o anónimos,
Vietnam y Nicaragua y Angola,
pero también la voz de Benny Moré,
un campeonato de pelota,
un corte de caña,
la espera de los amantes, la ternura
familiar, la muerte de un gato,
el hecho violento
de compilar una antología,
una torcaza,
y desde luego la amistad y el amor
la muerte y el tiempo que huye.
-
Fernámdes Retamar en su primer medio siglo
puede sentirse satisfecho:
ha devuelto
a su pueblo y a nuestros (sic) pueblo
el don más alto que le concedieron:
esa palabra
que es ahora palabra de su pueblo.

*

Poesía Libre. Revista de Poesía. Ministerio de Cultura, Managua (Nicaragua) Años IV. Número 10, enero de 1984.

Responsable: Julio Valle-Castillo

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