Segunda ciudad mártir (2)
Zacapa, niña ardiente,
corazón de palmera ruborosa.
Fragua donde el verano se adereza
ccon el aroma insustituible
de tu ron tropical, con tu mercado
oloroso a legumbres y sonrisas
que miran a través de los canastos
como ofreciendo un tímido espejismo
de humedad vegetal y caprichosa.
Como si no bastara con el fuego
que transpiran tus cactos;
y ese otro, voluptuoso y enervante
de tus doncellas mañaneras;
hoy le traen, Zacapa de mis antepasados,
el fuego de la muerte, el que destruye
toda la vitalidad y todo ordeño.
Siempre pediste humedad para tus llanos,
para aumentar los surcos de tus milpas,
para bañar la sangre de tus cactos,
para aliviar la frente de tus niñas.
Ya tienes humedad; sí, ya la tienes.
Humedad en los ojos de las madres
con su ternura mutilada.
Humedad en los hijos destrozados
y en su lactancia aniquilados.
Ya puedes inclinarte en los llanos de la Fragua
para beber tu propia sangre,
esa alta sangre, vacilante y poderosa,
que yo traigo en el centro de mi puño
como una herencia desde ayer, desde mis padres.
Fuego sobre fuego te están dando
los perros asquerosos de la noche
para que no te quede piedra sobre piedra.
A ti, diosa del fuego, que le diste
el sello de tu lumbre a Prometeo,
la piedra de tu fuego.
___________
(*) http://www.literaturaguatemalteca.org/mbarahona.htm
(1) Título nuestro
(2) Trozo del poema 'Las guitarras del exilio'
(Del libro 'POESÍA REVOLUCIONARIA GUATEMALTECA. de Mª Luisa Rodríguez. Edita: Zero, S.A. Madrid, octubre 1969)
Zacapa, niña ardiente,
corazón de palmera ruborosa.
Fragua donde el verano se adereza
ccon el aroma insustituible
de tu ron tropical, con tu mercado
oloroso a legumbres y sonrisas
que miran a través de los canastos
como ofreciendo un tímido espejismo
de humedad vegetal y caprichosa.
Como si no bastara con el fuego
que transpiran tus cactos;
y ese otro, voluptuoso y enervante
de tus doncellas mañaneras;
hoy le traen, Zacapa de mis antepasados,
el fuego de la muerte, el que destruye
toda la vitalidad y todo ordeño.
Siempre pediste humedad para tus llanos,
para aumentar los surcos de tus milpas,
para bañar la sangre de tus cactos,
para aliviar la frente de tus niñas.
Ya tienes humedad; sí, ya la tienes.
Humedad en los ojos de las madres
con su ternura mutilada.
Humedad en los hijos destrozados
y en su lactancia aniquilados.
Ya puedes inclinarte en los llanos de la Fragua
para beber tu propia sangre,
esa alta sangre, vacilante y poderosa,
que yo traigo en el centro de mi puño
como una herencia desde ayer, desde mis padres.
Fuego sobre fuego te están dando
los perros asquerosos de la noche
para que no te quede piedra sobre piedra.
A ti, diosa del fuego, que le diste
el sello de tu lumbre a Prometeo,
la piedra de tu fuego.
___________
(*) http://www.literaturaguatemalteca.org/mbarahona.htm
(1) Título nuestro
(2) Trozo del poema 'Las guitarras del exilio'
(Del libro 'POESÍA REVOLUCIONARIA GUATEMALTECA. de Mª Luisa Rodríguez. Edita: Zero, S.A. Madrid, octubre 1969)