Poema contra el racismo
En recuerdo de Amilcar Cabral
de Charles Nokan (Zègua Nokan)
El guerrillero no muere gratuitamente;
abre veredas que llevan a la verde sabana.
El guerrillero no muere así porque si;
su sangre llena bosque o calle y es más roja
que la de un accidentado en carretera.
El guerrillero no muere nunca de balde;
su sangre bermeja llama a los proletarios
a combatir por el triunfo de su causa,
la justicia, si, y la camaradería.
Los guerrilleros crean el día.
De sus dedos brota la aurora.
En sus manos se eleva el sol.
Tendremos los mismos intereses,
todos tendremos la misma lengua.
Cantemos todos la misma canción.
(Version libre)
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