El primer número de 'La Borrachería, cuadernos poéticos' se rotula así: "AGUSTÍN GARCÍA CALVO. Cinco inéditos". Edita Lucerna y patrocina el Café-Bar Aureto. Y tras la portada viene este brindis:
'Vaya en agradecimiento, desde La Borrachería, un brindis de homenaje a la amistad y a la obra de Agustín García Calvo, para que sus versos, como buen vino, nos empapen siempre la vida'
Y firma Aurelio que, suponemos, será el dueño del Café-Bar Aureto.
Y el librito aclara en su última cara:
'Este primer número de LA BORRACHERIA dejó de ser de Agustín para ser de todos el día 1 de mayo de 1997. Es edición única y numerada.
La que nosotros tenemos señala que es la '024/400'.
Para ser fieles a lo dicho de que dejan de ser del autor para ser de todos los demás les ofrecemos estos 5 (cinco) inéditos; inéditos antaño, claro.
Los publicamos en este blog 'Caminar conociendo' porque el autor colaboró gratuitamente con la revista 'Caminar conociendo'. Aquí tienen el cuarto de los poemas:
(d)
SOLILOQUIO DE UN AÑO
Día veinte del mes de Diciembre
del año de mil novecientos
noventaycuatro,
pero y ¿qué?, si da igual, si los días
son todos igual a uno solo,
el mismo tantos.
Y es en vano que digas 'Es éste
un día sin par, una hora
de tal milagro,
porque, mira, se hunde allá el sol
por poco del día más corto
de todo el año,
y te han hecho los cielos la gracia
de alzar la neblina y quedarse
así de claros,
que lo veas allá tras el Duero,
posándose allá tras la cresta
del cerro chato,
casi ya un medio sol, una media
moneda de oro, y ahora
casi un ochavo,
plateándole apenas el vientre
de pez a esa nube perdida
allá por lo bajo,
y, si alzas los ojos ahora,
te dejan mirar ese cielo
de lila pálido
a través de la fina rejilla
de ramas transidas de frío
del puro árbol,
mientras que de la torre cuadrada,
al caer de la bronca campana
un solo cuarto,
sale huyendo grayando por cima
del río en el cielo bandada
de siete grajos,
todo a fin de que tú en este límpido
espejo aprendas a verla
de calro en claro
trasparente la muerte y te quedes
sereno por siempre, sereno.'
Pero es en vano
tu los sigues contando tus días,
y vas a pasar otra hoja
del calendario
y a decir 'ventiuno' y después
'ventidos' y después 'trentayuno'
y 'nuevo año',
y, así vivas cien años o vivas
de nuevo otros mil novecientos
noventaycuatro,
no podrás entender lo que pasa
y aquí entree tus ojos y el cielo
está pasando.
*
(El quinto y último de los 5 (cinco) poemas, antaño inéditos, de Agustín García Calvo aparecerá sin duda en uno cualesquiera de los otros blogs titulados 'Caminar conociendo')
A la revista 'Caminar Conociendo', nº 0/1, se le han ido agregando escritos. Si desea ojear el número de ella retroceda hasta encontrar el índice, el staf o los titulares de la misma.
viernes, 26 de diciembre de 2008
viernes, 19 de diciembre de 2008
José Mª Amigo Zamorano: Paráfrasis de un poema de Mustafá Fersi
A estas alturas del Partido sabemos con certeza
de la existencia de regias rapaces cerniéndose en el cielo
que observan los vientres de madres deshonradas
como almacenes en reserva de carnes delicadas
y ven en subasta las uñas del holgazán del barrio
sumamente apreciadas en estas épocas de crisis
conque periódicamente nos castiga el lucro del Capital.
Hay seres abatidos en cualquier rincón del mundo
soñando historias gloriosas con propios sinsabores;
y hay también quien recoge esas ensoñaciones
para lanzarlas al sendero seguro de los vientos
en ráfagas de compromiso contra las indiferencias
a fin de que manos que pueden moverse a recogerlas
no lo hagan ellas al compás que marcan siempre
los dictadores de la tragedia de esta aldea global.
Sabemos que antes de que nuestras conciencias
se agosten o se agrieten o se sequen como labios
expuestos a las inclemencias furiosas del siroco
tenemos que dejar constancia escrita ante el horror
de tantas fiebres, miserias y asesinatos en acecho
por culpa de este sistema piramidal capitalista
que pone en el ara del altar de su templo ideológico
el beneficio privado de ellos cual dios omnipotente
para que vayan pasando gentes a mostrarle pleitesía.
Y yo... miro, veo, bebo, como o zampo cual gorrino
entierro mi fuerza creadora en el estéril suelo de pereza
hogareña y doméstica sentado en la estúpida fatuidad
del jornalero que no tiene siquiera zapatos que calzarse.
El egoísmo me ha carcomido el empuje hacia los otros
y eterno masoquista me extravío aceptando la miseria
que en derredor veo en los demás congéneres primero
y luego en la mía cuando ya me comen voraces los piojos.
Y tu... que miras, ves, bebes, comes o zampas cual cochino
dices, escribes, cosas sin importancia con palabras bonitas;
palabras, tan solo palabras para llenar tus horas de ociosidad
y te atreves a escuchar tu voz con delectación ególatra
y osas criticar sin medida según tu propia ambucia
y bebes sin control hasta hartarte de inane desvergüenza.
Y él... mira, ve, bebe, traga o zampa cual marrano
de la mañana a la noche ignorando afanes angustiosos
imperiosa necesidad de satisfacer el hambre y la sed
en un desierto de solidaridades del que es, él, fiel reflejo
sobre todo cuando se disfraza de amor por sus amigos.
Y aparecen velados, casi ciegos, por cobardía, egoísmo
y la brutal indiferencia mis ojos, y los tuyos y los de él;
ninguno de los tres, a qué negarlo, le hablamos al banquero;
no le dijimos ni esta boca es mía, ¡ay!, no lo hicimos ayer:
"No abuses del botín de tus robos ¡detente un poco, avaro!
pues de lo contrario tu mismo sufrirás en carne propia
las iras producidas por los fardos demasiado pesados
sobre agrietadas espaldas de trabajadores del mundo.
Y atiende bien, su dolor por esfuerzo excesivo en su epidermis
explotará más pronto que tarde delante de tu jeta delicada
a la que no le valdrán para nada tus piadosas mascaradas".
Y a esa madre indigna que ha abandonado a su hijo
no reprobamos su conducta antier, ¡ay!, no lo hicimos
ninguno de los tres, para qué vamos a negar lo evidente:
"Cuida de tu inocente vástago, mujer, cuídalo apartando
esa miríada de moscas asesinas de su rostro purísimo,
mira que ese descendiente, mujer, es tu reencarnación,
tu propio corazón latiendo de miedo en sus entrañas".
Y ni a los parados y hambrientos de esta crisis de superproducción
les dirigimos palabra alguna al confundir prudencia por cobardía;
reconozcamos la verdad de nuestro propio mutismo de anteayer:
"Para coger el arma de la nacionalización de la banca, ejem ejem,
hay que saciarse primero hasta adquirir la fortaleza suficiente
a fin de asir la herramienta con valiente y arrojada certidumbre;
al tiempo que aprenderemos a ganarnos el pan con dignidad
sin tener que recurrir al denigrante recurso de alargar la mano".
Y nos queda, por fin, el holgazán de nuestra clase obrera, que lo hay,
que vive, ahí, sin pudor, de la ayuda de cada vecino del contorno,
limpiándose las uñas, sentado en el poyo, a la puerta de la casa;
ni a ese sinvergüenza nos atrevimos a decirle algunas frescas:
"¡Trabaja, vago más que vago!, verás así la maravilla de la luz;
bendecirás la vida que brotará tierna y luminosa de tu esfuerzo;
empuña la hoz y el martillo con decisión de entrega comunera;
coge lápiz y fusil, útiles necesarios para sostener la densidad
de tu revolución personalísima dentro del cogollo de la lucha;
hay camaradas y hermanos en todas las partes del mundo
luchando sin cesar y a veces muriendo contra el Gran Capital
o contra sus lacayos disfrazados de líderes políticos o sindicales.
La Libertad está, ahí, y te espera para coronarte de gloria;
la Libertad te espera, ahí, fuera de tu parasitaria holganza;
esfuérzate, pues, un poco, forjando con tus camaradas,
con tus manos, con tu sangre, con tu sudor, con tu vida, otra vida
en que los niños no vean las moscas voraces comiéndole la cara;
una Vida ajena a rostros macilentos nacerá de tus brazos;
la Vida sin pobres asustados late ya en tus manos ociosas.
Pero la Vida, seguirá su derrotero aunque te quedes sentado".
No se lo dijimos, ¡ay!, ayer, con claridad, a todos ellos, no.
No le dijimos, ¡ay!, que el Hombre sin costuras ni remiendos
con el que soñamos, digno, no es otro que ellos mismos;
dignos, si, si son dignos de verdad y no pobres piltrafas
sentadas, a las puertas de su casas, con las bocas abiertas,
tragándose el sol de la pereza infecunda con miles de moscas,
entonces no tendrán ni el valor del pedo de una hiena vieja.
Y a estas alturas de la Historia lo sabemos con certeza
mayor aun de la que tenía el poeta árabe Mustafá Fersi
de cuyo poema 'Ayer... mañana' (*) hemos sacado algún
renglón de lo que nos hacemos culpables. Hemos dicho.
Fdo: José Mª Amigo Zamorano
__________
(*) Antología poética 'Diwan africano. Poetas de expresión francesa'.
Autor: Rogelio Martínez Furé. Editorial Arte y Literatura.
Ciudad de la Habana, Cuba. 1988.
de la existencia de regias rapaces cerniéndose en el cielo
que observan los vientres de madres deshonradas
como almacenes en reserva de carnes delicadas
y ven en subasta las uñas del holgazán del barrio
sumamente apreciadas en estas épocas de crisis
conque periódicamente nos castiga el lucro del Capital.
Hay seres abatidos en cualquier rincón del mundo
soñando historias gloriosas con propios sinsabores;
y hay también quien recoge esas ensoñaciones
para lanzarlas al sendero seguro de los vientos
en ráfagas de compromiso contra las indiferencias
a fin de que manos que pueden moverse a recogerlas
no lo hagan ellas al compás que marcan siempre
los dictadores de la tragedia de esta aldea global.
Sabemos que antes de que nuestras conciencias
se agosten o se agrieten o se sequen como labios
expuestos a las inclemencias furiosas del siroco
tenemos que dejar constancia escrita ante el horror
de tantas fiebres, miserias y asesinatos en acecho
por culpa de este sistema piramidal capitalista
que pone en el ara del altar de su templo ideológico
el beneficio privado de ellos cual dios omnipotente
para que vayan pasando gentes a mostrarle pleitesía.
Y yo... miro, veo, bebo, como o zampo cual gorrino
entierro mi fuerza creadora en el estéril suelo de pereza
hogareña y doméstica sentado en la estúpida fatuidad
del jornalero que no tiene siquiera zapatos que calzarse.
El egoísmo me ha carcomido el empuje hacia los otros
y eterno masoquista me extravío aceptando la miseria
que en derredor veo en los demás congéneres primero
y luego en la mía cuando ya me comen voraces los piojos.
Y tu... que miras, ves, bebes, comes o zampas cual cochino
dices, escribes, cosas sin importancia con palabras bonitas;
palabras, tan solo palabras para llenar tus horas de ociosidad
y te atreves a escuchar tu voz con delectación ególatra
y osas criticar sin medida según tu propia ambucia
y bebes sin control hasta hartarte de inane desvergüenza.
Y él... mira, ve, bebe, traga o zampa cual marrano
de la mañana a la noche ignorando afanes angustiosos
imperiosa necesidad de satisfacer el hambre y la sed
en un desierto de solidaridades del que es, él, fiel reflejo
sobre todo cuando se disfraza de amor por sus amigos.
Y aparecen velados, casi ciegos, por cobardía, egoísmo
y la brutal indiferencia mis ojos, y los tuyos y los de él;
ninguno de los tres, a qué negarlo, le hablamos al banquero;
no le dijimos ni esta boca es mía, ¡ay!, no lo hicimos ayer:
"No abuses del botín de tus robos ¡detente un poco, avaro!
pues de lo contrario tu mismo sufrirás en carne propia
las iras producidas por los fardos demasiado pesados
sobre agrietadas espaldas de trabajadores del mundo.
Y atiende bien, su dolor por esfuerzo excesivo en su epidermis
explotará más pronto que tarde delante de tu jeta delicada
a la que no le valdrán para nada tus piadosas mascaradas".
Y a esa madre indigna que ha abandonado a su hijo
no reprobamos su conducta antier, ¡ay!, no lo hicimos
ninguno de los tres, para qué vamos a negar lo evidente:
"Cuida de tu inocente vástago, mujer, cuídalo apartando
esa miríada de moscas asesinas de su rostro purísimo,
mira que ese descendiente, mujer, es tu reencarnación,
tu propio corazón latiendo de miedo en sus entrañas".
Y ni a los parados y hambrientos de esta crisis de superproducción
les dirigimos palabra alguna al confundir prudencia por cobardía;
reconozcamos la verdad de nuestro propio mutismo de anteayer:
"Para coger el arma de la nacionalización de la banca, ejem ejem,
hay que saciarse primero hasta adquirir la fortaleza suficiente
a fin de asir la herramienta con valiente y arrojada certidumbre;
al tiempo que aprenderemos a ganarnos el pan con dignidad
sin tener que recurrir al denigrante recurso de alargar la mano".
Y nos queda, por fin, el holgazán de nuestra clase obrera, que lo hay,
que vive, ahí, sin pudor, de la ayuda de cada vecino del contorno,
limpiándose las uñas, sentado en el poyo, a la puerta de la casa;
ni a ese sinvergüenza nos atrevimos a decirle algunas frescas:
"¡Trabaja, vago más que vago!, verás así la maravilla de la luz;
bendecirás la vida que brotará tierna y luminosa de tu esfuerzo;
empuña la hoz y el martillo con decisión de entrega comunera;
coge lápiz y fusil, útiles necesarios para sostener la densidad
de tu revolución personalísima dentro del cogollo de la lucha;
hay camaradas y hermanos en todas las partes del mundo
luchando sin cesar y a veces muriendo contra el Gran Capital
o contra sus lacayos disfrazados de líderes políticos o sindicales.
La Libertad está, ahí, y te espera para coronarte de gloria;
la Libertad te espera, ahí, fuera de tu parasitaria holganza;
esfuérzate, pues, un poco, forjando con tus camaradas,
con tus manos, con tu sangre, con tu sudor, con tu vida, otra vida
en que los niños no vean las moscas voraces comiéndole la cara;
una Vida ajena a rostros macilentos nacerá de tus brazos;
la Vida sin pobres asustados late ya en tus manos ociosas.
Pero la Vida, seguirá su derrotero aunque te quedes sentado".
No se lo dijimos, ¡ay!, ayer, con claridad, a todos ellos, no.
No le dijimos, ¡ay!, que el Hombre sin costuras ni remiendos
con el que soñamos, digno, no es otro que ellos mismos;
dignos, si, si son dignos de verdad y no pobres piltrafas
sentadas, a las puertas de su casas, con las bocas abiertas,
tragándose el sol de la pereza infecunda con miles de moscas,
entonces no tendrán ni el valor del pedo de una hiena vieja.
Y a estas alturas de la Historia lo sabemos con certeza
mayor aun de la que tenía el poeta árabe Mustafá Fersi
de cuyo poema 'Ayer... mañana' (*) hemos sacado algún
renglón de lo que nos hacemos culpables. Hemos dicho.
Fdo: José Mª Amigo Zamorano
__________
(*) Antología poética 'Diwan africano. Poetas de expresión francesa'.
Autor: Rogelio Martínez Furé. Editorial Arte y Literatura.
Ciudad de la Habana, Cuba. 1988.
martes, 25 de noviembre de 2008
Julia Aguirre: En Malaladera
Sentada debajo del tigüilote
escribí mi diario de campo.
En él incluí tu nombre
las veces que llegaste a verme
escondido de tu responsable de escuadra.
Julia Aguirre
Palacagüina
(Nicaragua)
Epoca sandinista
escribí mi diario de campo.
En él incluí tu nombre
las veces que llegaste a verme
escondido de tu responsable de escuadra.
Julia Aguirre
Palacagüina
(Nicaragua)
Epoca sandinista
sábado, 8 de noviembre de 2008
Corrido: El Quelite
Mañana me voy, mañana,
mañana me voy de aquí,
el orgullo que me queda:
que tu me quisiste a mí.
mañana me voy de aquí,
el orgullo que me queda:
que tu me quisiste a mí.
Etiquetas:
literatura latinoamericana,
literatura popular,
poema
miércoles, 5 de noviembre de 2008
Poemas anónimos
Pues se pone el sol,
palomita blanca,
vuela y dile a mis ojos
que por qué se tarda.
Anónimo
.....
Resplandece el día,
crecen los amores,
y en los amadores
aumenta alegría.
Alegría galana.
¡Cuándo saldréis, el alba!
Anónimo
palomita blanca,
vuela y dile a mis ojos
que por qué se tarda.
Anónimo
.....
Resplandece el día,
crecen los amores,
y en los amadores
aumenta alegría.
Alegría galana.
¡Cuándo saldréis, el alba!
Anónimo
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anónimo,
lirica,
literatura popular,
poema
sábado, 25 de octubre de 2008
Jon Arzallus E. traduce a Alfonso Irigoyen
'Antología poética vasca' de homenaje a las víctimas del franquismo, incluyó un poemilla traduciddo al castellano por Jon Arzallus Eguiguren; el poemilla, 'Gernika', del libro 'Sorterriaren alde' (Donostia: Kriselu 1976) cuyo autor es el polígrafo bilbaino Alfonso Irigoyen. El citado poema debe de ser de los años 60.
Uri bat dago Bizkaian,
zauri bat dauka sustraian,
metrallaz bere metraillan
egiña suzko garaian.
(Hay una ciudad en Vizcaya
con el rostro ametrallado
y hasta la raiz herida
en una época de juego.)
jueves, 9 de octubre de 2008
Iswe Letu: Tragándose la mala leche
Por Iswe Letu
Apodáronle 'El Moro'. Habiéndose ganado el mote año a año. Lo decimos porque, cuando las moras estaban en sazón, entre el ramaje espinoso de la zarzamora, se daba sus buenos y suculentos desayunos. Y como de lo que se come se cría, según el decir de las gentes, se estaba volviendo su cara amoratada.
Cuando se jubiló su desayuno de moras fue casi a diario. Se levantaba y, tras beberse un bueno y larguísimo trago de la botella de la nevera, porque los días eran aun calurosos y regresaba del paseo ya muy entrada la hora del mediodía, tornaba al lavabo, se miraba en el espejo diciéndose en voz alta:
-Las moras me están transformando en moro de verdad.
Su hijo, en situación de parado a causa de la crisis, se sonreía. Él, al ver su sonrisa, hacía un ademán de decirle algo. Luego se arrepentía.
Así, prácticamente, eran todas las mañanas. Todas. Su rutina.
Y el que vamos a relatar no fue una excepción: después de quedarse para si con algo que quería decirle a su hijo, salió del water y se encaminó, pasillo adelente, a la salida de la casa.
-¡Adiós papá! -oye que le dice.
-Con dios, hijo, y... -responde sin terminar la frase iniciada- ¿Para qué gastar más saliva? No me va a escuchar, piensa.
Su intención se inclinada, eso si, a aconsejarle que no perdiera el tiempo en asuntos que, una mente madura, adulta, calificaría de banales, secundarios; por ejemplo: pasarse horas y horas, ante el ordenador, escuchando música, una sola clase de música para más inri, o enterándose de los grupos musicales que existían en el mundo y de las novedades de sus grupos favoritos.
Eran aficiones, lo sabía, que toda la juventud ha sentido, pero que, con el paso del tiempo, se van atemperando al percibir, como lo perciben, unos más pronto y otros más tarde, que, la vida, es una cosa única y seria, que lo primero que hay que hacer es asegurarse el pan cotidiano ('Ganado tengo el pan, hágase el verso', decía José Martí) y luego, más tarde, alimentar al espíritu. Estando el segundo encadenado al primero irremediablemente: sin una manutención asegurada el alma no puede recibir su ración con pleno aprovechamiento. Es mas, no está preparada en absoluto para ese deleite.
Pero, en el caso de su hijo, no se daba todavía ese florecimiento de la razón, del sentido común.
Y eso le torturaba.
Absorto en sus pensamientos se tropezó con una señora a la que pidió perdón.
-¡Moro de mierda! -le regaló al oido la señora.
Tan corrido se quedó con las palabras de la individua que no supo que contestarle. Disgustado, aun más de lo que ya estaba, por esa contestación tan grosera de la mujer que, más que otra cosa, pareciole un rebuzno, se alejó con prisa hacia el campo donde las burras pastaban entre estornudos, los cuales en comparación con el rebuzno de la señora, eran notas delicadísimas.
Ya bastante apartado de esa asna humanoide murmuró:
-Hija de puta...
Es lo que tenía de malo 'El Moro': su proceder encaminado a tragarse todo para sí, por timidez, o por miedo a enfrentarse al de enfrente o... ¡o vaya usted a saber la razón!...
Lo cierto es que, sus intenciones, no se materializaban; es decir: no salían al exterior articuladas en palabras para que, el otro, las oyera. Y así, claro, no hay manera de dialogar, de hilar una simple conversación con el fin de llegar a algún acuerdo.
Con sus hijos (y con este en particular) que, como progenitor, es lo que más quería, las ideas que deseaba trasmitirle se quedaban en su magín sin salir afuera. De modo, que nunca llegaba a traspasarle la riqueza de conceptos que, él, creía llevar dentro. Sus principios democráticos, mal aprendidos y peor asimilados, en un mundo de patriarcas, de dictaduras del padre, de machismo, le impedían ejercer esa autoridad que, a veces, es necesaria para la educación de los hijos y cuando conseguía apuntar uno, uno tan solo de los conceptos, le rebatían de malas maneras los hijos. Entonces, por no salir a mal, dejaba pudrirse la mala leche dentro de su piel. Recordaba, al respecto, que pocos días ha, estando sentado a la mesa, vio que su hijo lo miraba de modo atravesado y le dijo:
-Parece que me miras mal.
-Te miro mal siempre -le contestó su vástago.
Otro padre, de los que él conocía, hubiera reaccionado enérgicamente, y de inmediato, diciéndole:
-¡Ah, si! ¡Pues, cuándo coños piensas encontrar trabajo e irte de aquí, de una puta vez, para no verme en esta casa que pago y, además, te alimento, teniendo que aguantar tus impertinencias, de las que ya me tienes más que harto... hasta mismísimos cojones!
Pero se calló. Enmudeció. Porque a él, precisamente a él, lo que le hubiera gustado era hacerlo sentar a la mesa y en charla tranquila, sosegada, amorosa, expresarle, enseñándole, mostrándole, con ejemplos, que la vida es corta y que hay que aprovechar el tiempo, fugaz, que se va y no vuelve; diciéndole que se puede estudiar, cultivar su espíritu y divertirse con los amigos sin malgastarlo. Y que observaba en su comportamiento un hecho que, a su modo de ver, le estaba empobreciendo intelectualmente, como era el hecho, cierto, de que solo atendía a una manifestación artística; y dentro de esa misma parcela del arte, la música, a un solo estilo y eso... ¿cómo decirlo?... era como hacerse sectario de esa música; con lo cual cortaba con la inmensa riqueza de la humanidad que no sabe de barreras unilaterales; si, se estaba aislando de las diversas y múltiples facetas de la actividad artística: la poesía, el teatro, la música, la novela... La lectura de los clásicos de la novela, por ejemplo, podría ser una forma de reflexionar sobre la vida haciéndole madurar a uno. Y le añadiría que no se dejara maniatar por la angustia del paro, si es que la tenía, que la tendría aunque a su padre no se la manifestara; y que a pesar de lo negativo del paro, del desempleo, este tiene un punto positivo, y es que el tiempo puede diversificarse: repasando, por ejemplo, las materias de su carrera un tanto olvidadas; haciendo gimnasia; escuchando, no solo una, sino todo tipo de musica; perfeccionando o aprendiendo programas informáticos; manejando numerosas herramientas de trabajo... Ahora, si, ahora que tenía más tiempo libre y la manutención asegurada porque, luego, si su padre desaparecía... Pero, ¿para qué decirle todas esas cosas?... Podría ser que le contestara, no como la burra femenina, a lo mejor... peor.
-No. No vale la pena.
Sin darse cuenta se había ido alejando de la población. Lo supo, de repente, por el esquileo de la ovejas. Alzó la vista del suelo y miró al frente. Aspirando profundamente su rostro se iluminó. Lo que se le ofrecía a la vista nada tenía que ver con lo que dejó atrás: el campo verdecido, tras las lluvias, mostraba su 'alegre otoñada': aquí florecillas lilas, amarillentas y blanquecinas, embellecían el prado; allá, los blancos champiñones asomaban sus redondas cabezas y, de cuando en cuando, los niscalos, inconfundibles, lucían sus sombreros anaranjados; y, lo que él más deseaba, diseminadas por laderas o cerca de arroyos, las verdioscuras zarzamoras, quienes, al sol, hacían brillar sus frutos como diciendo: 'acá estamos, venid a comernos'. Y es lo que hizo.
Ya había otros comensales dándose el desayuno. A algunos los conocías de días pasados, eran emigrantes marroquíes, parados como su hijo. Los saludó: 'Sala maleikun' o 'Ala ila ala' o 'Insalah'; no sabía bien lo que significaban pero coligió que eran frases de cortesía, similares a las que, en castellano, se saludan unos a otros; y con las cuales esos comedores de moras matinales le respondieron: 'Buenos dias' o 'Qué tal' o 'Con Dios' o 'Hasta luego'. Nada más se digeron, pero con eso bastaba.
Esa mañana fue abundante el desayuno de moras. De zarzamora en zarzamora fue pasando el tiempo. Algunos ratos se paraba sentándose en alguna piedra. El sol calentaba sus huesos. Lo agradecía. Se estaba tan bien... ¿Volver a casa?... Claro... Sin ganas... Lo que menos le tentaba era regresar a su morada. No le hacía la menor gracia. Mas, volvió. A remolque. Pero lo hizo.
Abrió la puerta. Otras veces llamaba al timbre. Se encaminó, como siempre. al frigorífico. Cogió la botella. Acordándose de una mujer de su pueblo quien, por las matanzas de los cerdos, después de comer la chanfaina, levantaba la jarra de vino y en voz alta expresaba su aversión al agua con palabras tales como: 'tu, madre de ranas y sapos y lavadora de trapos...' para a continuación pegarle un trago profundo de vino a la jarra; con ese recuerdo, 'El Moro', levantó, igualmente, la botella de vino y, mirándola con devoción, casi con arrobo, exclamó:
-Los latinos decían: ¡In vino veritas!... ¡Oh, tu, botella de vino, introdúceme entre pecho y espalda la esencia alegre del optimismo! Lo necesito.
Luego, como hacía ordinariamente, se dirigió al lavabo para refrescarse la cara. Su hijo se estaba afeitando al tiempo que oía música. La música de siempre. Para variar. Mientras se secaba la cara miró al espejo.
-Las moras me están volviendo, realmente moro.
Su hijo, que lo veía también en el espejo, sonriendo le dice:
-¿Las moras, papá?... Jajaja... Mas bien el morapio.
__________
Cuando se jubiló su desayuno de moras fue casi a diario. Se levantaba y, tras beberse un bueno y larguísimo trago de la botella de la nevera, porque los días eran aun calurosos y regresaba del paseo ya muy entrada la hora del mediodía, tornaba al lavabo, se miraba en el espejo diciéndose en voz alta:
-Las moras me están transformando en moro de verdad.
Su hijo, en situación de parado a causa de la crisis, se sonreía. Él, al ver su sonrisa, hacía un ademán de decirle algo. Luego se arrepentía.
Así, prácticamente, eran todas las mañanas. Todas. Su rutina.
Y el que vamos a relatar no fue una excepción: después de quedarse para si con algo que quería decirle a su hijo, salió del water y se encaminó, pasillo adelente, a la salida de la casa.
-¡Adiós papá! -oye que le dice.
-Con dios, hijo, y... -responde sin terminar la frase iniciada- ¿Para qué gastar más saliva? No me va a escuchar, piensa.
Su intención se inclinada, eso si, a aconsejarle que no perdiera el tiempo en asuntos que, una mente madura, adulta, calificaría de banales, secundarios; por ejemplo: pasarse horas y horas, ante el ordenador, escuchando música, una sola clase de música para más inri, o enterándose de los grupos musicales que existían en el mundo y de las novedades de sus grupos favoritos.
Eran aficiones, lo sabía, que toda la juventud ha sentido, pero que, con el paso del tiempo, se van atemperando al percibir, como lo perciben, unos más pronto y otros más tarde, que, la vida, es una cosa única y seria, que lo primero que hay que hacer es asegurarse el pan cotidiano ('Ganado tengo el pan, hágase el verso', decía José Martí) y luego, más tarde, alimentar al espíritu. Estando el segundo encadenado al primero irremediablemente: sin una manutención asegurada el alma no puede recibir su ración con pleno aprovechamiento. Es mas, no está preparada en absoluto para ese deleite.
Pero, en el caso de su hijo, no se daba todavía ese florecimiento de la razón, del sentido común.
Y eso le torturaba.
Absorto en sus pensamientos se tropezó con una señora a la que pidió perdón.
-¡Moro de mierda! -le regaló al oido la señora.
Tan corrido se quedó con las palabras de la individua que no supo que contestarle. Disgustado, aun más de lo que ya estaba, por esa contestación tan grosera de la mujer que, más que otra cosa, pareciole un rebuzno, se alejó con prisa hacia el campo donde las burras pastaban entre estornudos, los cuales en comparación con el rebuzno de la señora, eran notas delicadísimas.
Ya bastante apartado de esa asna humanoide murmuró:
-Hija de puta...
Es lo que tenía de malo 'El Moro': su proceder encaminado a tragarse todo para sí, por timidez, o por miedo a enfrentarse al de enfrente o... ¡o vaya usted a saber la razón!...
Lo cierto es que, sus intenciones, no se materializaban; es decir: no salían al exterior articuladas en palabras para que, el otro, las oyera. Y así, claro, no hay manera de dialogar, de hilar una simple conversación con el fin de llegar a algún acuerdo.
Con sus hijos (y con este en particular) que, como progenitor, es lo que más quería, las ideas que deseaba trasmitirle se quedaban en su magín sin salir afuera. De modo, que nunca llegaba a traspasarle la riqueza de conceptos que, él, creía llevar dentro. Sus principios democráticos, mal aprendidos y peor asimilados, en un mundo de patriarcas, de dictaduras del padre, de machismo, le impedían ejercer esa autoridad que, a veces, es necesaria para la educación de los hijos y cuando conseguía apuntar uno, uno tan solo de los conceptos, le rebatían de malas maneras los hijos. Entonces, por no salir a mal, dejaba pudrirse la mala leche dentro de su piel. Recordaba, al respecto, que pocos días ha, estando sentado a la mesa, vio que su hijo lo miraba de modo atravesado y le dijo:
-Parece que me miras mal.
-Te miro mal siempre -le contestó su vástago.
Otro padre, de los que él conocía, hubiera reaccionado enérgicamente, y de inmediato, diciéndole:
-¡Ah, si! ¡Pues, cuándo coños piensas encontrar trabajo e irte de aquí, de una puta vez, para no verme en esta casa que pago y, además, te alimento, teniendo que aguantar tus impertinencias, de las que ya me tienes más que harto... hasta mismísimos cojones!
Pero se calló. Enmudeció. Porque a él, precisamente a él, lo que le hubiera gustado era hacerlo sentar a la mesa y en charla tranquila, sosegada, amorosa, expresarle, enseñándole, mostrándole, con ejemplos, que la vida es corta y que hay que aprovechar el tiempo, fugaz, que se va y no vuelve; diciéndole que se puede estudiar, cultivar su espíritu y divertirse con los amigos sin malgastarlo. Y que observaba en su comportamiento un hecho que, a su modo de ver, le estaba empobreciendo intelectualmente, como era el hecho, cierto, de que solo atendía a una manifestación artística; y dentro de esa misma parcela del arte, la música, a un solo estilo y eso... ¿cómo decirlo?... era como hacerse sectario de esa música; con lo cual cortaba con la inmensa riqueza de la humanidad que no sabe de barreras unilaterales; si, se estaba aislando de las diversas y múltiples facetas de la actividad artística: la poesía, el teatro, la música, la novela... La lectura de los clásicos de la novela, por ejemplo, podría ser una forma de reflexionar sobre la vida haciéndole madurar a uno. Y le añadiría que no se dejara maniatar por la angustia del paro, si es que la tenía, que la tendría aunque a su padre no se la manifestara; y que a pesar de lo negativo del paro, del desempleo, este tiene un punto positivo, y es que el tiempo puede diversificarse: repasando, por ejemplo, las materias de su carrera un tanto olvidadas; haciendo gimnasia; escuchando, no solo una, sino todo tipo de musica; perfeccionando o aprendiendo programas informáticos; manejando numerosas herramientas de trabajo... Ahora, si, ahora que tenía más tiempo libre y la manutención asegurada porque, luego, si su padre desaparecía... Pero, ¿para qué decirle todas esas cosas?... Podría ser que le contestara, no como la burra femenina, a lo mejor... peor.
-No. No vale la pena.
Sin darse cuenta se había ido alejando de la población. Lo supo, de repente, por el esquileo de la ovejas. Alzó la vista del suelo y miró al frente. Aspirando profundamente su rostro se iluminó. Lo que se le ofrecía a la vista nada tenía que ver con lo que dejó atrás: el campo verdecido, tras las lluvias, mostraba su 'alegre otoñada': aquí florecillas lilas, amarillentas y blanquecinas, embellecían el prado; allá, los blancos champiñones asomaban sus redondas cabezas y, de cuando en cuando, los niscalos, inconfundibles, lucían sus sombreros anaranjados; y, lo que él más deseaba, diseminadas por laderas o cerca de arroyos, las verdioscuras zarzamoras, quienes, al sol, hacían brillar sus frutos como diciendo: 'acá estamos, venid a comernos'. Y es lo que hizo.
Ya había otros comensales dándose el desayuno. A algunos los conocías de días pasados, eran emigrantes marroquíes, parados como su hijo. Los saludó: 'Sala maleikun' o 'Ala ila ala' o 'Insalah'; no sabía bien lo que significaban pero coligió que eran frases de cortesía, similares a las que, en castellano, se saludan unos a otros; y con las cuales esos comedores de moras matinales le respondieron: 'Buenos dias' o 'Qué tal' o 'Con Dios' o 'Hasta luego'. Nada más se digeron, pero con eso bastaba.
Esa mañana fue abundante el desayuno de moras. De zarzamora en zarzamora fue pasando el tiempo. Algunos ratos se paraba sentándose en alguna piedra. El sol calentaba sus huesos. Lo agradecía. Se estaba tan bien... ¿Volver a casa?... Claro... Sin ganas... Lo que menos le tentaba era regresar a su morada. No le hacía la menor gracia. Mas, volvió. A remolque. Pero lo hizo.
Abrió la puerta. Otras veces llamaba al timbre. Se encaminó, como siempre. al frigorífico. Cogió la botella. Acordándose de una mujer de su pueblo quien, por las matanzas de los cerdos, después de comer la chanfaina, levantaba la jarra de vino y en voz alta expresaba su aversión al agua con palabras tales como: 'tu, madre de ranas y sapos y lavadora de trapos...' para a continuación pegarle un trago profundo de vino a la jarra; con ese recuerdo, 'El Moro', levantó, igualmente, la botella de vino y, mirándola con devoción, casi con arrobo, exclamó:
-Los latinos decían: ¡In vino veritas!... ¡Oh, tu, botella de vino, introdúceme entre pecho y espalda la esencia alegre del optimismo! Lo necesito.
Luego, como hacía ordinariamente, se dirigió al lavabo para refrescarse la cara. Su hijo se estaba afeitando al tiempo que oía música. La música de siempre. Para variar. Mientras se secaba la cara miró al espejo.
-Las moras me están volviendo, realmente moro.
Su hijo, que lo veía también en el espejo, sonriendo le dice:
-¿Las moras, papá?... Jajaja... Mas bien el morapio.
__________
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viernes, 3 de octubre de 2008
Un poema de Jon Arzallus Eguiguren
Jon Arzalluz Eguiguren: Beharko litzateke
*
Beharko litzateke,
berharko,
iletargiz ere,
kriseilua piztu leihondoan
ez gaitezen
gau osoan
lotara erori...
Beharko litzaioke,
beharko,
kontuz kontuz,
lema bat erantsi
ukabil zoro horri
jakin dezan noiz eta nori
esan EZ, (sic)
eman derrebes...
Beharko dugu,
beharko,
ezin duguta bestela,
burni zirbilez idatzi
tornu gainera
borrokaminez
makurturik...
Ta...
beharko dugu
handik,
hik eta guk,
zuek eta nik,
adiskidetasun onean
sendo lotuta elkarri,
altza hegalari...
Beharko dugu gero,
noski, beharko,
festa eder bat prestatu
bihamunerako,
eguskia etxe oretan sarturik
guztiok kanpora gaitzanerako...
__________
(traducción al castellano por el autor:
'Aún / en pleno día / encendemos la candela / en el umbral / de la ventana. / Pongámosle / dos remos al barco / para que / hasta con temporal / pueda / navegar / sobre las olas. / Y / ya que no podemos / de otra forma, / encorvándonos / sobre el torno / con ánimo / de lucha, / escribamos / con virutas / de hierro. / Levantémonos, / los dos / , / y / con /unión (fraterna) (*sic) / firme / amiga / y fuerte / volemos. / Y... / organicemos una fiesta / para mañana, ¡ya!, / cuando el sol / entre a raudales / en las casas / y / nos / lance a todos / a la calle.')
*
Beharko litzateke,
berharko,
iletargiz ere,
kriseilua piztu leihondoan
ez gaitezen
gau osoan
lotara erori...
Beharko litzaioke,
beharko,
kontuz kontuz,
lema bat erantsi
ukabil zoro horri
jakin dezan noiz eta nori
esan EZ, (sic)
eman derrebes...
Beharko dugu,
beharko,
ezin duguta bestela,
burni zirbilez idatzi
tornu gainera
borrokaminez
makurturik...
Ta...
beharko dugu
handik,
hik eta guk,
zuek eta nik,
adiskidetasun onean
sendo lotuta elkarri,
altza hegalari...
Beharko dugu gero,
noski, beharko,
festa eder bat prestatu
bihamunerako,
eguskia etxe oretan sarturik
guztiok kanpora gaitzanerako...
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(traducción al castellano por el autor:
'Aún / en pleno día / encendemos la candela / en el umbral / de la ventana. / Pongámosle / dos remos al barco / para que / hasta con temporal / pueda / navegar / sobre las olas. / Y / ya que no podemos / de otra forma, / encorvándonos / sobre el torno / con ánimo / de lucha, / escribamos / con virutas / de hierro. / Levantémonos, / los dos / , / y / con /unión (fraterna) (*sic) / firme / amiga / y fuerte / volemos. / Y... / organicemos una fiesta / para mañana, ¡ya!, / cuando el sol / entre a raudales / en las casas / y / nos / lance a todos / a la calle.')
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miércoles, 10 de septiembre de 2008
Iswe Letu: Trata de pandillas del ghetto y cuadrillas vascas
Por Iswe Letu
(Texto contra el racismo)
"Las culturas de los ghettos, las culturas negras, chicanas etc, por tener menores esperanzas de un cómodo vivir, suelen preferir el ingenio corporal. Hablan entre si con el cuerpo, se expresan simbólicamente con sus ropas. Hablan con silenciosa inteligencia telepática.
Norman Mailer, en el libro 'Rey del Ring'
(Texto contra el racismo)
"Las culturas de los ghettos, las culturas negras, chicanas etc, por tener menores esperanzas de un cómodo vivir, suelen preferir el ingenio corporal. Hablan entre si con el cuerpo, se expresan simbólicamente con sus ropas. Hablan con silenciosa inteligencia telepática.
Norman Mailer, en el libro 'Rey del Ring'
Hace ya tiempo entresacamos de la obra de Norman Mailer, 'Rey del Ring',(*) el párrafo, arriba escrito, para ponerlo en un anuario que nos habían regalado.
¿Por qué esta cita precisamente y no otra?
Sabemos, eso si, la razón por la cual llenamos de citas en castellano un anuario que se titulada en euskera 'Literatur Gida' ('Guía de literatura') Lo sabemos porque pusimos una nota con muy mala leche, casi un exabrupto; tal que así:
"28 de diciembre de 1988. Día de los Inocentes. Entro en la imprenta-librería Baroja (1) de Donosti con Manuel Blanco Chivite (2). Napo (3), el dueño, no estaba. Hablamos con el amigo F. Juaristi (4). Me regaló este 'Literatur Gida'. No me ha gustado. ¡Qué cosa más curiosa que lo único que hay en castellano son unas definiciones sobre la palabra... MAKETO! (5)
"28 de diciembre de 1988. Día de los Inocentes. Entro en la imprenta-librería Baroja (1) de Donosti con Manuel Blanco Chivite (2). Napo (3), el dueño, no estaba. Hablamos con el amigo F. Juaristi (4). Me regaló este 'Literatur Gida'. No me ha gustado. ¡Qué cosa más curiosa que lo único que hay en castellano son unas definiciones sobre la palabra... MAKETO! (5)
¡MIERDA!, decía José Sacristán en un serial titulado 'Gatos en el tejado' en el momento en que escribo esto. Y ¡MIERDA! repito yo.
29 de diciembre de 1988" Fin de la nota.
A pesar de los años transcurridos nos sigue sin gustar aquella acción de inundar un anuario con citas en euskera, y, algunas, pocas, en otros idiomas penínsulares y dejar una sola, en castellano, con tintes racistas: la de maqueto.
29 de diciembre de 1988" Fin de la nota.
A pesar de los años transcurridos nos sigue sin gustar aquella acción de inundar un anuario con citas en euskera, y, algunas, pocas, en otros idiomas penínsulares y dejar una sola, en castellano, con tintes racistas: la de maqueto.
Algunos, con razón, critican, ahora, la lucha etarra, cuyas acciones últimas dan a sospechar que sirven al más negro, cuasi fascista, españolismo que al pueblo vasco que dicen defender; como hoy se critican, con razón, los actos terroristas de Al Qeda, los cuales parecen dar más leña al fuego del fiero imperialismo yanqui, que lumbre al pueblo árabe del que se autoproclaman voceros.
Bien, algunos de esos antietarras, sin darse cuenta, contribuyeron, en su día, a engordar al monstruo racista antiespañol. Necesitaban, eso si, defender su lengua vasca, su idioma vasco, el euskera. De acuerdo. Pero no estábamos de acuerdo en inferiorizar, como inferiorizaban, a la parte del pueblo que hablaba en castellano. El mayoritario. Y ahora, ¡qué de vueltas da la vida!, del fondo del pueblo vasco surgen voces juveniles, como el grupo musical 'Los Lendakaris muertos', que recuerdan, al que quiera oirles, lo mucho que parla la gente vasca el castellano. ¿Esos también son maquetos?
Volvamos a la pregunta de por qué ese trozo de Mailer metimos en el anuario y no otro.
En primer lugar, lo de Mailer era porque tratábamos de entender la civilización negra y su reflejo en yanquilandia. Recordábamos, que, no hacía mucho, los campeones olímpicos negros, en México, gritaban ¡Poder Negro! puño en alto. Si. Recordábamos todo eso. Y nos llevó a profundizar en ello.
Uno de los escritores que más había intentado comprender, a esa parte de la sociedad norteamericana, era Norman Mailer. Habíamos leído, de muy jóvenes, sin entender nada, todo hay que decirlo, un librito que hemos perdido The white black (El blanco Negro) o 'Blac White' (el negro blanco, o algo así) Lo retenemos vagamente. Y las películas nos transmitían esos andares, parecidos a las ondulaciones de una culebra caminando erecta, de las pandillas de los arrabales de muchas ciudades de USA. Esas bandas juveniles que miraban, retadoras, como diciendo en cada pupila 'Aquí voy yo'. Eran, generalmente, los malos de la película. Desarraigados. Marginados. Pobres. También recordábamos esa gran película 'West Side Story'.
Y todo esto parecería dar la razón a Norman Mailer. Si bien, también hay un poso de narcisismo. O de individualismo feroz. Esas pandillas eran (son) narcisos contoneándose. Al no tener otro bien que su cuerpo, como dice N. Mailer, lo cultivan hasta convertirlo en un espectáculo andante. Cuanto más sobresaliente, mejor competía con el otro clon, el de su banda, al paso que sobresalía, más arcoirisado, deslumbrando, como parte de su pandilla, a los que paseaban por la otra acera.
Creemos que hay, además, otro aspecto que el escritor judío yanqui no trata: el de encerrarse en su mundo para no ver otro: el tapar la realidad del que no piensa como él o como ellos. La supervivencia, mirándose los pliegues del ombligo. Contándolos.
Y es que, con otro estilo, más tiesos, envarados, serios, faz colorada como un tomate, hemos conocido algunas cuadrillas de vascos, euskaldunes o no, pero siempre queriéndose diferenciar de los 'maquetos'. Caminaban por las aceras, siempre juntos, la mirada fija al frente. Daban, sin embargo, la impresión de que, sus ojos, en realidad estaban vueltos hacia si mismos. Andaban rodeadas de un halo de introspección. Una especia de narcisismo euskaldún o vascuence sin más.
Aunque diferentes, estas cuadrillas, a las pandillas de los barrios bajos de las ciudades yanquis, un hilo, rojo, blanco y verde de individualización o diferenciación, como una muga, separábalos de los demás; hilo que corría por todas sus actitudes. Cuadrillas con camisas remangadas, jerseys al hombro...
"Hablan entre si con el cuerpo, se expresan simbólicamente con sus ropas" las culturas negras, chicanas, portoriqueñas... dice Norman Mailer. Y, si, esa cultura es aun más patente, ahora, habiendo llegado a los más recónditos lugares del orbe mundial, por obra y gracia del imperialismo yanqui, que ha ahogado o engullido esas culturas, de la miseria y de la protesta, transformándolas en dólares: pantalones anchos, gorras con la visera para atrás: el rap hasta en la sopa.
Nos acordamos, ahora que vamos dando fin a estos argumentos, a un estudiante, muy bueno pero engreido, cuando acudía, en el verano, a la misa católica de su pueblo, entrando en el templo cuando más silencio había, con zapatos de playa en plena meseta castellana. Caminaba erguido, más tieso que un cirio. Resonaba la madera de sus zapatos playeros con estruendo, sobre la losa del suelo, como enviando un mensaje telepático a los feligreses campesinos, vecinos suyos, queriéndose diferenciar:
-¡Aquí estoy yo! ¡El mejor! ¡Vosotros sois escoria!
Bueno, pues algo de eso, si, transmitían 'con silenciosa inteligencia telepática' las cuadrillas vascas o las pandillas de afroamericanos o latinos. Pobres, como el estudiante citado, que, luego, pasando el tiempo, se hacen muy derechosos, profesores y diputados.
Tal como el estudiante que hemos citado sin nombrarlo.
Porque no quieren cambiar nada sustancial.
Sino salvarse ellos mismos.
__________
Pie de Página:
(*) Obra sobre el gran boxeador Casius Clay
(1) Primitica Casa Baroja, se rotulaba, porque, efectivamente, había sido de la familia del escritor vasco.
(2) Connotado militante antifascista condenado a muerte por el franquismo en 1975 de la que se salvó milagrosamente.
(3) Creemos que se llamaba Napoleon Olaizola y había militado en PCE
(4) Conocido y destacado poeta euskaldun
(5) La cita decía así:
Maqueto (etnología) Apellidamos así a los no naturales del país, especialmente a los que de 20 años acá han invadido en proporciones alarmantes el territorio vasco.
Parece ser que este vocablo tuvo su origen entre gentes de las Encartaciones vizcainas. -¿Vendrá del e. makatu? (marcarse, empezar a podrirse las frutas). -¿O bien de c. macuca? (arbusto silvestre, cuyo fruto es muy ruin, insípido y blanducho) -¿O de maque?. (cierto barniz o charol, compuesto de resinas y jugos extraidos de las plantas, muy usado por los chinos). -¿O de macuto? (americanismo que se emplea en Cuba para designar una especie de morral que llevan allá los soldados). -¿O bien con trastrueque de letras, del griego meteko? (el forastero establecido en Atenas, y que no gozaba de los derechos de ciudadanía)
Y la firmaba Emilio de Arriaga (Lexicón bilbaino)
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viernes, 8 de agosto de 2008
Secuestran a un hombre honesto, a Txomin Goñi Tirapu
Un vídeo:
http://www.dailymotion.com/video/x301qu_proceso-a-txomin-goni-tirapu_news
Viendo cómo un hombre libre, luchador, honesto, combativo, es secuestrado en un ayuntamiento (en el pleno de un ayuntamiento) ante la mirada impávida de sumisos concejales; viendo cómo se quiere amordazar la libertad sin que se mueva un músculo de la cara de los que se proclaman representantes del pueblo; viendo cómo se coharta la libertad de un individuo ante nuestras propias narices y su nauseabundo olor nos es indiferente; viendo este video nos pone la piel de gallina: un día una dictadura secuestrará la libertad y nadie moverá un dedo, esa es la conclusión; porque esas garantias constitucionales, a la vista está, de libertad de expresión, de palabra, de pensamiento, son garantias para unos pocos y para unas pocas cosas: adornar la monarquía heredada del franquismo y mantener intactos los negocios de unos pocos; para el resto es papel mojado esa constitución monarco-fascista.
Viendo toda esta mierda (y nosotros espectadores sensibles, pero solo espectadores al fin y al cabo) y contemplando al mismo tiempo la digna resistencia de Txomin Goñi Tirapu, nos vienen a la memoria estas palabras de María Thomas en la novela 'Ven a África y salva tu matrimonio':
-¡Estamos cagando cielo! -exclamó.
-Bueno, pero no estamos tan llenos de mierda como los cabrones que la cortaron en Grandes Trozos.
Terminemos con los gritos de rigurosa resistencia:
¡Vosotros fascistas sois los terroristas! ¡España mañana será republicana!
viernes, 30 de mayo de 2008
Aimé Césaire: 'El gran machetazo'
...
El gran machetazo del placer rojo en plena frente
había sangre y ese árbol que llaman flamígero
y que nunca merece tanto ese nombre como en las vísperas de ciclones
y de ciudades saqueadas
la sangre nueva
la razón roja
todas las palabras de todas las lenguas que significan morir de sed
y solamente cuando morir tenía el sabor del pan y la tierra
y el mar un gusto de antepasado
y ese pájaro que me grita que no me entregue
y la paciencia de los alaridos en cada rodeo de mi lengua.
La arcada más bella es un chorro de sangre
la arcada más bella es una ojera lila
la arcada más bella se llama noche
y la belleza anarquista de tus brazos en cruz
y la belleza eucarística y llameante de tu sexo en
cuyo nombre saludaba la barrera de mis
labios violentos.
Había la belleza de los minutos
que son las joyas en liquidación del bazar de la crueldad
el sol de los minutos y su bonito hocico de lobo que el hambre hace salir del bosque
la cruz roja de los minutos que son lampreas en marcha hacia los viveros
y las estaciones
y las fragilidades inmensas del mar que es un pájaro loco
clavado muerto en la puerta de las tierras cocheras
había hasta el terror
tales como el relato de julio de los sapos de la esperanza y de la desesperanza
podados de astros por encima de las aguas
allí donde la fusión de los días que permite el bórax
da cuenta de las lamparillas gestantes
las fornicaciones de la hierba que no se deben presenciar sin precauciones
las cópulas del agua reflejadas por el espejo de los magos
las bestias marinas para ser tomadas en el hueco del placer
los asaltos de vocablos
todas troneras humeantes para festejar el nacimiento del heredero varón
simultáneamente con la aparición de las praderas siderales en el flanco de la bolsa
con volcanes de agaves
de despojos de silencio
el gran parque mudo con el agrandamiento silúrico de juegos mudos
con las angustias imperdonables de la carne de batalla
según la dosificación siempre por rectificar
de los gérmenes que deben destruirse.
Aimé Césaire (MARTINICA) 1913-2008
(Fragmento)
El gran machetazo del placer rojo en plena frente
había sangre y ese árbol que llaman flamígero
y que nunca merece tanto ese nombre como en las vísperas de ciclones
y de ciudades saqueadas
la sangre nueva
la razón roja
todas las palabras de todas las lenguas que significan morir de sed
y solamente cuando morir tenía el sabor del pan y la tierra
y el mar un gusto de antepasado
y ese pájaro que me grita que no me entregue
y la paciencia de los alaridos en cada rodeo de mi lengua.
La arcada más bella es un chorro de sangre
la arcada más bella es una ojera lila
la arcada más bella se llama noche
y la belleza anarquista de tus brazos en cruz
y la belleza eucarística y llameante de tu sexo en
cuyo nombre saludaba la barrera de mis
labios violentos.
Había la belleza de los minutos
que son las joyas en liquidación del bazar de la crueldad
el sol de los minutos y su bonito hocico de lobo que el hambre hace salir del bosque
la cruz roja de los minutos que son lampreas en marcha hacia los viveros
y las estaciones
y las fragilidades inmensas del mar que es un pájaro loco
clavado muerto en la puerta de las tierras cocheras
había hasta el terror
tales como el relato de julio de los sapos de la esperanza y de la desesperanza
podados de astros por encima de las aguas
allí donde la fusión de los días que permite el bórax
da cuenta de las lamparillas gestantes
las fornicaciones de la hierba que no se deben presenciar sin precauciones
las cópulas del agua reflejadas por el espejo de los magos
las bestias marinas para ser tomadas en el hueco del placer
los asaltos de vocablos
todas troneras humeantes para festejar el nacimiento del heredero varón
simultáneamente con la aparición de las praderas siderales en el flanco de la bolsa
con volcanes de agaves
de despojos de silencio
el gran parque mudo con el agrandamiento silúrico de juegos mudos
con las angustias imperdonables de la carne de batalla
según la dosificación siempre por rectificar
de los gérmenes que deben destruirse.
Aimé Césaire (MARTINICA) 1913-2008
(Fragmento)
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jueves, 17 de abril de 2008
A los 94 años fallece Aimé Césaire
PARÍS (AFP) - El poeta martiniqués Aimé Césaire, considerado el padre de 'la negritud', falleció este jueves, 17 de abril de 2008, a los 94 años de edad en Fort de France (Martinica), en el centro donde se encontraba hospitalizado desde el 9 de abril, informaron fuentes gubernamentales.
Le leímos cosas como este poema:
PACIENCIA DE SIGNOS
Sublimes excoriaciones de una carne fraterna y hasta las fogatas rebeldes de mil aldeas azotadas
arenas
fuego
mástil profético de las carenas
fuego
vivero de murenas fuego
fuego faroles de situación de una isla en pesadumbre
fuegos huellas de hoscos rebaños que se
deletrean en los barros
pedazos de carne cruda
gargajos suspendidos
esponja rezumante de hiél
vals de fuego de los céspedes llenos de cucuruchos que caen del impulso
frustrado de grandes ta-bebuyas
fuegos de los tizones perdidos en un desierto de llantos y cisternas huesos
fuegos desecados más nunca tan desecados que no palpite un gusano
pregonando su carne nueva
semillas azules del fuego
fuego de los fuegos
testigos de ojos que para las locas venganzas se exhuman y se agrandan
polen polen
y por los guijarros donde se redondean las bahías nocturnas de suaves
manzanillos
buenas naranjas siempre accesibles a la sinceridad de las sedes largas
arenas
fuego
mástil profético de las carenas
fuego
vivero de murenas fuego
fuego faroles de situación de una isla en pesadumbre
fuegos huellas de hoscos rebaños que se
deletrean en los barros
pedazos de carne cruda
gargajos suspendidos
esponja rezumante de hiél
vals de fuego de los céspedes llenos de cucuruchos que caen del impulso
frustrado de grandes ta-bebuyas
fuegos de los tizones perdidos en un desierto de llantos y cisternas huesos
fuegos desecados más nunca tan desecados que no palpite un gusano
pregonando su carne nueva
semillas azules del fuego
fuego de los fuegos
testigos de ojos que para las locas venganzas se exhuman y se agrandan
polen polen
y por los guijarros donde se redondean las bahías nocturnas de suaves
manzanillos
buenas naranjas siempre accesibles a la sinceridad de las sedes largas
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martes, 8 de abril de 2008
Jean-Joseph Rabearivelo: Viejas canciones de Imérina
Jean-Joseph Rabearivelo
Viejas canciones de Imérina
(Traducción de Rogelio Martínez Furé)
Índigo que flores por segunda vez, ambrevade que floreces por tercera: recoged lo que habéis esparcido, recobrad lo que habéis abandonado: ¡tres veces cambiásteis, y tres veces veces apenas encontrásteis nada mejor!
Vieilles chansons des pays d'Imérina
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martes, 1 de abril de 2008
TZ (todo Zamora), nueva revista zamorana que mira al futuro
Estamos comenzando el siglo XXI. Hoy es 1 de abril de 2008. Y tienen que verse nuevos signos. Poco a poco. No porque creamos que los principios de siglo, así porque si, mecánicamente, marquen trayectorias, no. Lo mismo que sabemos que las fronteras tampoco hacen que, de por si, las naciones se diferencien por esa línea artificial. No. En el caso de cambio de siglo produce en las mentes un efecto de cuestionamiento del tiempo pasado. Una especie de examen de conciencia de dónde venimos y que es lo que hemos hecho. Es natural que se vean lagunas, errores, o sencillamente cansancio por la repetición, hasta el aburrimiento, de lo que tenemos. Del ensalzamiento de las glorias pasadas. Ese repaso de lo que tenemos, de lo que nos rodea, nos hace descubrir lo nuevo, lo que surge, lo que ha ido brotando y pasaba inadvertido hasta que cobraba importancia tan notoria que nos hemos visto obligados a observarlo casi a la fuerza.
Algo de esto le debe de haber pasado a un grupo de personas de Zamora que acaban de sacar a luz una nueva revista rotulada 'TZ' (Todo Zamora) 'un estilo de vida'. En su editorial explican que quieren 'retratar una Zamora dinámica que mira hacia el futuro'. De modo que recogerán tendencias y estilos de vaguardia; también tratarán acerca del vino siendo, como es, la tierra zamorana, en parte, vinícola; estará presente el deporte y deportistas de élite; el mundo del motor; o la formación continua del sector empresarial...
En resumen: quiere ser espejo de Zamora, sin olvidar, advierten, la memoria y las tradiciones de la tierra.
¿Qué mejor manera de ojear la revista que enseñando el sumario? Ninguna.Aquí lo tienen:
4. Un renacentista (en la Zamora del siglo XXI)
10. El artista (en su rincón del siglo XVI)
16. Mascaradas de invierno (la Zamora mágica)
22. Cinco joyas (de la tapicería gótico-flamenca en la catedral de Zamora)
28. TZ de compras.
30. INZAMAC (Zamora en el exterior)
36. Nuevas terapias de salud.
40. Petra (octava maravilla del mundo)
46. C-CROSSER (confort y versatilidad)
52. TZ de restaurantes.
54. Nuevo plan contable.
58. ZAMARAT (chicas que vuelan alto)
62. Miranda do douro (ciudades de nuestro río)
64. Cómo nos ven.
66. Lo mejor del trimestre.
Efectivamente, al abrir la revista encontramos una entrevista al arquitecto Francisco Somoza; para inmediatamente visitar al artista Antonio Pedrero; sin solución de continuidad nos introducen en el carnaval más añejo, más mágico, con sus máscaras casi de aldea africana.Y del mundo pagano del carnaval al de las tapicerías gotico-flamencas de la catedral de Zamora. Quizás en algún número se atrevan a enseñarnos los grabados eróticos de los sillones de los canónigos de la catedral. Nosotros los vimos una vez en una revista y luego en la exposición 'Las ciudades del hombre'.
Mas adelante nos descubren una empresa de control de calidad cuyo radio de acción llega a Portugal y atravesando el charco hasta Bolibia y Chile; y para la vuelta del viaje y por si estamos revueltos del viaje una mirada a terapias de salud como la reflexioterapia; y vuelta a viajar: en este caso a una ciudad del río Duero, la portuguesa Miranda do Douro, porque saben, no hay duda, que Zamora ha mirado siempre al Duero y parte de su porvenir se halla en él. El coche, la gastronomía, hasta la contabilidad, el baloncesto...
Supongo que les habrá extrañado un artículo. Seguro. Claro, el que reza 'Petra, octava maravilla del mundo'. Pues sí. A mí también. No, no se trata de un lugar de Zamora. Es la Petra del Oriente. La fue a visitar Concha Pelayo, una de las almas de esta nueva revista. Volvió encantada. Y nosotros encantados de leer su viaje y su revista.
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viernes, 28 de marzo de 2008
Charles Nokan: 'En recuerdo de Amilcar Cabral'
Poema contra el racismo
En recuerdo de Amilcar Cabral
de Charles Nokan (Zègua Nokan)
El guerrillero no muere gratuitamente;
abre veredas que llevan a la verde sabana.
El guerrillero no muere así porque si;
su sangre llena bosque o calle y es más roja
que la de un accidentado en carretera.
El guerrillero no muere nunca de balde;
su sangre bermeja llama a los proletarios
a combatir por el triunfo de su causa,
la justicia, si, y la camaradería.
Los guerrilleros crean el día.
De sus dedos brota la aurora.
En sus manos se eleva el sol.
Tendremos los mismos intereses,
todos tendremos la misma lengua.
Cantemos todos la misma canción.
(Version libre)
En recuerdo de Amilcar Cabral
de Charles Nokan (Zègua Nokan)
El guerrillero no muere gratuitamente;
abre veredas que llevan a la verde sabana.
El guerrillero no muere así porque si;
su sangre llena bosque o calle y es más roja
que la de un accidentado en carretera.
El guerrillero no muere nunca de balde;
su sangre bermeja llama a los proletarios
a combatir por el triunfo de su causa,
la justicia, si, y la camaradería.
Los guerrilleros crean el día.
De sus dedos brota la aurora.
En sus manos se eleva el sol.
Tendremos los mismos intereses,
todos tendremos la misma lengua.
Cantemos todos la misma canción.
(Version libre)
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miércoles, 19 de marzo de 2008
Mojammed Dib: 'Sombra vigilante, 3'
No preguntéis
si el viento que sopla
errante por las cimas
atiza el hogar;
si es una hoguera,
un fuego de pobres
o una señal de alerta.
En las noches empapadas todavía,
mujeres maravillosas
que cerrais vuestras puertas, soñad.
Yo camino, camino:
los vocablos que llevo
en mi lengua son
un extraño reclamo.
Tlemcen 1955
si el viento que sopla
errante por las cimas
atiza el hogar;
si es una hoguera,
un fuego de pobres
o una señal de alerta.
En las noches empapadas todavía,
mujeres maravillosas
que cerrais vuestras puertas, soñad.
Yo camino, camino:
los vocablos que llevo
en mi lengua son
un extraño reclamo.
Tlemcen 1955
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martes, 19 de febrero de 2008
Luis García Montero: Estás solo. Para seguir camino
ESTÁ SOLO. PARA SEGUIR CAMINO...
Está solo. Para seguir camino
se muestra despegado de las cosas.
No lleva provisiones.
Cunado pasan los días
y al final de la tarde piensa en lo sucedido,
tan sólo le conmueve
ese acierto imprevisto
del que pudo vivir la propia vida
en el seguro azar de su conciencia,
así, naturalmente, sin deudas ni banderas.
Una vez dijo amor.
Se poblaron sus labios de ceniza.
Dijo también mañana
con los ojos negados al presente
y sólo tuvo sombras que apretar en la mano,
fantasmas como saldo,
un camino de nubes.
Soledad, libertad,
dos palabras que suelen apoyarse
en los hombros heridos del viajero.
De todo se hace cargo, de nada se convence.
Sus huellas tienen hoy la quemadura
de los sueños vacíos.
No quiere renunciar. Para seguir camino
acepta que la vida se refugie
en una habitación que no es la suya.
La luz se queda siempre detrás de una ventana.
Al otro lado de la puerta
suele escuchar los pasos de la noche.
Sabe que le resulta necesario
aprender a vivir en otra edad,
en otro amor,
en otro tiempo.
Está solo. Para seguir camino
se muestra despegado de las cosas.
No lleva provisiones.
Cunado pasan los días
y al final de la tarde piensa en lo sucedido,
tan sólo le conmueve
ese acierto imprevisto
del que pudo vivir la propia vida
en el seguro azar de su conciencia,
así, naturalmente, sin deudas ni banderas.
Una vez dijo amor.
Se poblaron sus labios de ceniza.
Dijo también mañana
con los ojos negados al presente
y sólo tuvo sombras que apretar en la mano,
fantasmas como saldo,
un camino de nubes.
Soledad, libertad,
dos palabras que suelen apoyarse
en los hombros heridos del viajero.
De todo se hace cargo, de nada se convence.
Sus huellas tienen hoy la quemadura
de los sueños vacíos.
No quiere renunciar. Para seguir camino
acepta que la vida se refugie
en una habitación que no es la suya.
La luz se queda siempre detrás de una ventana.
Al otro lado de la puerta
suele escuchar los pasos de la noche.
Sabe que le resulta necesario
aprender a vivir en otra edad,
en otro amor,
en otro tiempo.
Tiempo de habitaciones separadas.
Tomado de "Habitaciones separadas"
Luis García Montero
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jueves, 7 de febrero de 2008
José Mª Amigo Zamorano: 'Refugiado'
Refugiado
Para una antología contra el racismo
Para una antología contra el racismo
Se quebró el ánfora sagrada, cayendo al suelo rota en mil pedazos.
El árbol que daba sombra a los ancianos y a los niños en los días calurosos y que presidió las añaceas durante siglos, se secó.
Huyeron las mariposas cuando el tam-tam, rasgando su vientre sonoro, enmudeció, ¡mal augurio!
Huyeron las mariposas cuando el tam-tam, rasgando su vientre sonoro, enmudeció, ¡mal augurio!
El gallo tutelar permaneció solo, silencioso e indeciso, en la penumbra del puerto.
Francas las cancelas la conciencia se achicó y agrandó para lamentar la pérdida del alba; poco remedio para tan grande mal.
Si percibió la enriquecedora diferencia, la juzgó erizada de púas y con los fosos atestados de hambrientos cocodrilos. Mas no ha venido para volver atrás, sino al origen.
Sin embargo se halla preparado para todo: respirar el aire que le otorguen, hacer de tripas coraje y con la nostalgia que le queda (su bien mas preciado) edificar una airosa morada que algún día pintarán las mariposas.
Sin embargo se halla preparado para todo: respirar el aire que le otorguen, hacer de tripas coraje y con la nostalgia que le queda (su bien mas preciado) edificar una airosa morada que algún día pintarán las mariposas.
Después sucederá el menosprecio y el acoso, color mierda, o la indiferencia criminal, de tinte nauseabundo.
Mas, con los suyos, ya habrá plantado un nuevo árbol que presidirá las añaceas del regreso, a la tierra comunal abandonada.
Mas, con los suyos, ya habrá plantado un nuevo árbol que presidirá las añaceas del regreso, a la tierra comunal abandonada.
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viernes, 25 de enero de 2008
miércoles, 23 de enero de 2008
Abdelkebir Jatibi: Abre en mi sangre
se abre en mi sangre
alarga sus raices
sus tumbas su memoria
a los límites del cuerpo
lo invisible
lo irreductible de la calle
toda revuelta es avalancha de piedra
puertas vuelos en la noche que gira
avalanchas de polvo alado de líneas
agudas geometrías
de pie en la violenta calle
el hombre, primero en la palabra
alarga sus raices
sus tumbas su memoria
a los límites del cuerpo
lo invisible
lo irreductible de la calle
toda revuelta es avalancha de piedra
puertas vuelos en la noche que gira
avalanchas de polvo alado de líneas
agudas geometrías
de pie en la violenta calle
el hombre, primero en la palabra
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jueves, 17 de enero de 2008
Grafiteclo
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jueves, 3 de enero de 2008
Jacinto Barrios y "¡Habla Pekín!"
Hace cincuenta años, un grupo de españoles enviado por La Pasionaria desde Moscú creó la sección en castellano de la radio del Partido Comunista de China
XULIO RÍOS / PEKÍN
XULIO RÍOS / PEKÍN
«¿Aquí Pekín, habla Pekín!» Esas fueron las primeras palabras pronunciadas en la emisión en castellano de la que hoy es Radio Internacional de China. Con la particularidad de que no fueron pronunciadas por ningún chino, sino por un español, Jacinto Barrios. Así lo recuerda Yao Yuexin, la primera china que pudo colaborar con el grupo de españoles que desde Moscú arribaron a la capital oriental para poner en marcha la emisión.
Corría el año 1956. Era septiembre, el mes más agradable en Pekín. Pero el grupo de españoles ya había llegado en mayo del año anterior, atendiendo una petición cursada por el Partido Comunista de China y dirigida al PCE. En Moscú, Dolores Ibarruri, decidía enviar al grupo integrado por Jacinto Barrios y su esposa, Pura Aznar, Kety Rodríguez, Teresa Barzana e Irene Falcón. Esta última regresaría a Moscú en agosto de 1956, en el mismo avión que llevaría de vuelta a La Pasionaria después de participar en el Octavo Congreso del Partido Comunista de China. Yao Yuexin, acompañando al mariscal Zhu De, despidió a ambas en el aeropuerto. A comienzos de 1957 llegaría Arregui, también procedente de Moscú y profesor de español.
Por aquel entonces, la radio era un medio de comunicación privilegiado y se convirtió en el primero en disponer de un canal e información propia en español. Ni siquiera la agencia de noticias Xinhua contaba con un servicio en este idioma. Las preferencias principales eran el ruso, el inglés o el japonés. La radio se convertía en el mecanismo esencial para hacer llegar al mundo la identidad de la 'Nueva China', la proclamada por Mao solo siete años antes en la tribuna de Tiananmen. Por eso, Radio Pekín nunca fue concebida como un instrumento de apoyo a los exiliados republicanos, sino como una voz divulgadora de los nuevos tiempos que amanecían en Oriente. Los contenidos se referían a asuntos exclusivamente chinos, redactados por los periodistas de la sección central de la Radio, primero en chino, y después eran traducidos a las diferentes lenguas.
Pero casi nadie hablaba o comprendía el español. El primer lustro de Radio Pekín se inició en la más absoluta precariedad. Yao Yuexin no hablaba español. Era traductora de ruso. Ella leía en ese idioma los artículos escritos originalmente en chino para que Kety Rodríguez los mecanografiara directamente en español. «Eran dos cabezas y cuatro manos», recuerda con ironía Yao Yuexin. Tanto Jacinto, como Pura, Irene o Kety hablaban un ruso excelente. Tereza Barzana, entonces con poco más de veinte años, se había educado en Moscú y hablaba más ruso que español. Jacinto Barrios, asegura Yao Yuexin, fue «el alma» de aquella empresa. Locutor, traductor y reportero con una gran vocación y no menor entusiasmo, fue capaz de armar un equipo donde nada había para construir, en palabras pronunciadas durante la primera emisión, «un puente volante que une océanos». A los dos meses de llegar a Pekín se constituyó la sección preparatoria de lengua española del departamento exterior del Buró de la Radiodifusión Central. Las actividades se iniciaron reuniendo materiales diversos, tanto escritos como sonoros, planeando programas y contactando con personalidades de interés. El lugar de trabajo no podía ser mejor, un siheyuan, la típica residencia cuadrangular china, sita en el hutong Ma Hua, en el distrito Este de la capital.
En octubre de 1955 se incorporaron al equipo Yang Linchang y Pang Binan, dos estudiantes de español que permitieron dar un considerable impulso a los preparativos (Pang llegaría a ser vicedirector de Xinhua). Barrios los preparó a conciencia en la traducción y la locución, e incluso les ayudó a mejorar su mecanografía. Más tarde, en enero de 1956, llegaba de Francia Cheng Renkang, que conocía bien el español y se convirtió en el único chino del grupo capaz de traducir directamente del chino al español. Anteriormente, el idioma franco del grupo era, exclusivamente, el ruso.
Meriendas en el campo
En abril de 1956 se formó la redacción, integrada por Kun Tinmen, Jacinto Barrios e Irene Falcón, dando inicio a la transmisión en régimen experimental. En septiembre se lanzarían los primeros programas con las voces en antena de Jacinto y Pura, su esposa, en media hora de programación que consumía jornadas enteras de dedicación de los nueve integrantes del equipo (Irene ya había regresado a Moscú en agosto). Todos ellos fueron abandonando Pekín a finales de la década. Primero Barrios y Pura. Después Kety, en 1960. Y, finalmente, Teresa y Aguirre, cuando ya las relaciones con la URSS se hallaban en fase de franco y abierto deterioro.
A partir de entonces, la emisión quedó en manos de los propios chinos, quienes continuaron la labor iniciada por aquel pequeño grupo de españoles entusiastas, llenos de altruismo y comprometidos con el ideal de construcción de un mundo mejor. Más tarde llegarían especialistas de Chile y de otros países de América Latina. «Nos ayudaron como si trabajaran para sí mismos», recuerda emocionada Yao Yuexin, quien aún tararea algunas de las canciones que a los españoles les gustaba cantar cuando los fines de semana organizaban divertidas meriendas en el campo: «Hermosa villa de Luarca, que guapina vas a ser » Barrios y Kety eran quienes llevaban la voz cantante en estos menesteres. Jacinto, el último del grupo en fallecer, escribió por última vez a Yao Yuexin en 2002. Ella conserva sus cartas y su recuerdo con una devoción que en España sólo es olvido.
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