miércoles, 19 de diciembre de 2007

Corridos a Emiliano Zapata

Como héroe murió Zapata
por dar tierra y libertad.
A la orilla de un camino
había una blanca azucena:
a la tumba de Zapata
la llevé como una ofrenda.

...

Jilguerito mañanero
de las cumbres soberano
¡Mira en que forma tan triste
ultimaron a Emiliano!

lunes, 10 de diciembre de 2007

José Mª Amigo Zamorano: 'Sobre los amores de Urbano Blanco Cea'

En escrito anterior nos atrevimos a calificar a Urbano Blanco Cea, que acaba de publicar el poemario titulado 'El Alijar jara en flor', como emigrante en Madrid donde trabaja, por lo que trasluce la lectura de su libro.

Ya el sólo título nos orienta para adentrarnos en los recovecos de su almario, compuesto de recuerdos de la tierra que le viera nacer: su pueblo. Y más que las gentes, la naturaleza y sus pobladores: flores, árboles, pájaros...

Eso ha llenado su ser y lo ha convertido en poesía con su olor a pino, a jara que, antaño, embriagaran a Vicente Aleixandre y Dámaso Alonso (o eso supone el poeta Urbano) Para los que no estén al tanto de estos pormenores poéticos, sepan que los poetas Dámaso Alonso y sobre todo Vicente Aleixandre, se iniciaron a la poesía por estos lugares allá por el año 1917.

Una parte, un fragmento del libro de Urbano (porque toca temas muy diversos) está colmado de referencias a ese mundo que nos rodea (la naturaleza) que nos marca de niños y que luego, ya adultos, cuando nuestro espíritu se llena de otras imábenes, vamos arrumbándolo, e incluso nos distanciamos de él, sin darnos cuenta que somos naturaleza y sigue influyéndonos fundamentalmente, aunque parezca que está en segundo plano. .

Pero en esa niñez que hemos citado se va moldeando nuestra escultura poética: árboles nevados, vuelo de golondrinas y vencejos, besos de lluvia, piedras convertidas en oro por el sol... Es el tiempo en que el murmullo del agua al caminar por el cauce del riachuelo nos hace escucharlo con arrebatada pasión (o eso creemos cuando somos maduros) que no se nos va del todo. El poeta navero ama todo eso y lo dice en un poema de dos versos: "más que quienes nos suponen / somos lo que amamos".

Por supuesto, lo que ama no está en las calles de Madrid abarrotada de coches, de luces, de ruidos, de trajines, de humos... está al amanecer "cuando nacen los colores", cuando el alba toca con su varita de mágica luz y resucita todo ese mundo que recordábamos antes: escarchas, rocíos, trinos, pinos, jaras... Colores que Madrid no guarda. El poeta, en la urbe, se convierte en avecilla: "se me ha escapado un pájaro del nido de los anhelos olvidados". Y vuela al campo a recobrar esos anhelos. No es que Urbano lo escriba así. Es una licencia que nosotros nos tomamos.

Desde que nosotros saludamos su primer libro, el poeta ha madurado adquiriendo un estilo propio. Sin embargo, el poso machadiano sigue y, suponemos, seguirá siempre en su almario urbaniano, dado que sus amores hacia el campo castellano, hacia Las Navas, hacia su pueblo, lo une a la concepción de Castilla que Machado tenía y se refleja en uno de los poemas más largos dedicado a ella. Esa Castilla que se va muriendo abandonada por sus hijos y los que se quedan "dormitan al calor de la lumbre", recordando tiempos jóvenes, recordando la faz pedregosa, las espigas, la primavera que anuncian los amendros en flor...
Son, como dice el poeta "El beso de lluvia que cava / en el fondo de mi pozo seco".

Mas con toda esa muerte anunciada, presentida, o quizás por eso, el poeta que es Urbano Blanco Cea declara como una condición testamentaria: "Llevadme al campo cuando ya no vea / cuando esté cansado y no pueda andar".

Castilla, escribe en el poema que le dedica, "te amo con la misma mansedumbre", lo que nos hace recordar el poema ya mencionado: "Mas que quienes nos suponen / somos lo que amamos". Amén.


martes, 6 de noviembre de 2007

Charles Ngandé: 'Ecos africanos'

Para una antología antirracista

*


Vientres vacío
Ojos de cangrejos
Trampas de elefantes
Niños bastardos
Carros prohibidos
Colgados de Angola
Kolás amargas
Mares de sangre...


Cantos de aurora
Oro de mañanas
Manos de niños
Fértiles vientos
Ciudades llenas
Llanos de abundancia
Danza de libélulas
En el oasis imantado de nuestro largo sendero.

(Traducción de Rogelio Martínez Furé)

martes, 16 de octubre de 2007

Hadriana en todos mis sueños, de René Depestre

"Excusa para penetrar en el mundo de la magia negra, 'mundo pantanoso que puede dar lugar lo mismo a la fantasía más desatada que a la realidad más abundante. Depestre solventa el problema con humor y estilo, con lo que la novela, además de hacer reflexionar, puede entretener".

Comentario de la revista LEER

Nº 30- abril de 1990

martes, 21 de agosto de 2007

Nordin Tidafi: 'Sol de mi Tierra'

Paz al camino de las lavanderas, bajo el orgullo negro de los pinos.


Paz sobre el tibio silencio de las bestias, en el mediodía del abrevadero.


Paz al niño nómada, que escribe su sueño en las paredes.


Paz al paso del mulo, secreto en sus penas.


Paz a la sombra más lejana, sobre la sal perezosa de los chotts(1).


Paz a la ácida flauta de Taguin(2), enamorada de los espacios.


Paz sobre las mañanas de Blida, de jazmín exprimidas.


Paz sobre las hijas del verano, con cabelleras de canela.


Ellos son los altos cereales prometidos después de la tormenta.


Nordín Tidafi

('Diwan africano'. Editorial Arte y Literatura, La Habana/Cuba; traducción de Rogelio Martínez Furé)

(1) Lago salado de África del Norte

(2) Taguin o Taguen (Argelia)

domingo, 12 de agosto de 2007

José Mª Amigo Zamorano: ¡Envidia cochina!



Salió a pasear su ociosidad. Mas, antes de seguir su sendero, quería dejar constancia que le hubiera gustado tenderse en prado de fina yerba, al lado de una piscina hecha para él solo.

Ya antes de comenzar la cuesta, la vio en su cama o en su casa o en su nido, que todo viene a ser lo mismo donde uno descansa.

Salió, como digo, a dar una vuelta por el pueblo; a ver, cómo, la vida corría sin necesidad de su concurso; a comprobar, una vez más, que el fluir de la existencia sigue, imparable, sin importarle qué garbanzo o pimiento, u otro semilla cualquiera, entre en la cocedura.

Con esta amarga conciencia, de realismo extremo, caminaba calle arriba oyendo el rodar y rozar de coches sobre el asfalto mojado. Con el calor que hacía, seguro que el dicho asfalto se embriababa de de contento ante el doble despilfarro de agua. Doble, porque, por una parte, el agua venía saltando tapias de jardines privados y, por otra, procedía del desbordamiento de setos, por donde pasaba la tubería de goma, del riego por goteo, ¡qué risa!; agua que venía incrementado su caudal despilfarrador, calle abajo, desde los alcorques de los árboles.

Árboles y plantas, adornaban de manera irregular todo lo largo de la calle. Decimos irregular, si, pues, puestos, como lo fueron, hace años, no habían sido cuidados con el debido esmero y, claro, algunos se habían secado, quedando de planta a planta, claros o calvos demasiado evidentes, lo que hacía de esta irregularidad, para qué negarlo, un verdadero adefesio.

Pero bueno, irregular o no, las fincas, con sus casonas a ambos lados de la carretera, lo agradecían. O, por lo menos, seguro que su precio se había incrementado un poco más. A los dueños les importaría un bledo, unas plantas mas o menos; ya, de por sí, sus jardines estaban de flora a rebosar. Por cierto, bien protegidos por muros de considerable altura. Así impedían que su intimidad fuera violada por miradas impertinentes. De modo que, los setos y árboles callejeros, ni los veían.

Había salido a pasear.

Dicen los higienistas que es muy bueno para la salud…

Y él decía, porque tenía su opinión al respecto, que, igualmente bueno para la salud… ¿igualmente bueno?... ¡no!, ¡mucho más!, era tumbarse en una hamaca bajo el palmeral rumoroso de playas caribeñas; por ejemplo: las de Cuba; o tirado en arena suave y blanquísima de un paraíso tropical cualquiera (para qué discriminar a nadie) con olas de movimiento blandengue, cansado, mecidas por brisas con aromas de jazmines (u otros aromas cualesquiera, buena gana de relegar a unos por otros) y el agua, claro, casi, en calma chicha…

-"Lo cierto es que, bueno, sí... -asentía con la cabeza- reconozco la bondad del pasear, sin necesidad de que higienistas u otros ‘istas’ lo digan; pero siempre en unas determinadas condiciones… Porque, pienso yo -se decía- el solo pasear, sin más ni más, no vale… Porque, vamos a ver, ¿alguno ha tenido en cuenta el efecto malsano que puede tener el cabreo que produce, en el caminante, como yo, la cara insultante de las mansiones citadas, exhibiendo, obscenas, su riqueza?…"

No. No lo han tenido en cuenta.

-"Son científicos de andar por casa, de tres al cuarto, de pacotilla, ¡oh!... me callo porque sino… la lío".
-"Pero… -y se paraba- no, no, yo lo voy a decir… Voy a decir lo que hago frente a esas putas casas: aprieto los puños, arrugo el ceño y sigo adelante, ya de mala leche todo el camino. Y porque no me queda otro remedio... Aunque bien quisiera asaltarlas, nacionalizarlas, municipalizarlas, comunizarlas… Pero sigo el paseo como un gilipollas... Y eso que estoy convencido de que estaría mejor junto a una piscina echado a la bartola. O zambulléndome en el agua sin que nadie pudiera atisbar ni un pelo, de mi poblada piel de mono hecho hombre. ¡Ah, qué gozo, qué placer sería tirarme en la yerba todo lo largo que soy… ser acariciado por el aire y por el suave y húmedo césped…!".

Como esa que veía ahí arriba. Y que la había atisbado nada más emprender el camino calle arriba. En esa especie de rascacielos verde. Enorme. Altísimo. Exhibiendo su veraneo en la cúspide. En la cima. En lo más alto. Y en medio de la finca. De esa mansión...


-"Para envidia de los que vamos a ras de suelo, como gusanos" -pensó.

La miró fijamente: allí estaba con su colorido binario: como una gran dama: de blanco y negro: en actitud lánguida: desmayada: desmadejada: suelta: toda tumbada, como a él le hubiera gustado hallarse, en lugar de pasear respirando el humo, la mierda que despiden, por los tubos de escape... a veces, casi a chorros negros y otras, en suaves humaredas de un gris blanquecino, esos automóviles que pasan continuamente.

Respirando muerte lenta, pero muerte.

Y además, para mas inri, nos contemplan, desde los ventanales de sus palacetes, (porque algunos lo eran), ricachones que, a esas horas, levantan los culos de sus camas o poltronas. O incluso permanecen en ellas riéndose de los que, como él, observan con envidia, con ansia, no sólo porque quisieran poseer la casa, sino poseer y yacer con su matrona y, si fuera posible, en el propio tálamo.

-"Pero no tenemos otra alternativa -se dice para si- que seguir zambulléndonos en el aire viciado, ya que no podemos hacerlo en la propia piscina, por el humo de los coches. Muchos conducidos por hijos, sobrinos o nietos de esos mismos gandules que, sin haber dado un palo al agua, tienen todo el agua que quieren, piscinas enteras… ¡hostias!"

Se paró en mitad de la cuesta. Miró hacia atrás. La volvió a ver. En el abeto alto como un rascacielos. El negro de su vestimenta se disimula un poco con el verde oscuro del rascacielos, pero el blanco, ¡ah el blanco!, cae, alargándose, hacia un lado. Como si quisiera escurrirse. Una demostración palpable…

-"¡Alto ahí!... -exclama para sus adentros- Más que palpable, que más quisiera yo, visible... de cómo se deja acariciar por el viento de la altura. De esa altura donde goza del verano, sin importarle lo más mínimo lo que puedan murmurar, -para murmurar ya lo hace ella-, los mirones: como yo, que la contemplo alelado."

Su equilibrio sobre el abismo da hasta miedo; y envidia y rencor... por no poder estar donde ella se encuentra: en posesión del dominio placentero de los sentidos; así, en plural...

No se puede aguantar más. Siente la irresistible atracción de ella. Coge los prismáticos. Como un viejo verde. Como un voyerista. Es un placer que se puede permitir. Este sí. Un instrumento, además, que le hace volar de nido en nido, de ventana en ventana... Ahora lo ve todo perfectamente. No es lo que pensaba. Ni por asomo.

¡Pobre! La cigüeña está muerta en lo que parece un abeto centenario. Altísimo. Como rascacielos. Su cuello y su pico caen de un lado, nido abajo. Eso es lo que semejaba una postura desmayada, desmadejada, tumbada…

-"Los del chalé, por lo que se ve, se han cansado de oír el machaqueo del ajo de la cigüeña. Y, como está en su finca, la mataron. ¡Malditos! ¡Ricos tendrían que ser para ser buenos! Una república les bajaría..."

viernes, 27 de julio de 2007

Ezequiel Martínez Estrada

Y triunfará el poeta
si en la obra que teje
coordina sobre un eje
él y la marioneta.

E. M. Estrada

jueves, 26 de julio de 2007

Hacia el poema


Siento que un ritmo se me desenlaza
de este barullo en que sin meta vago,
y entregándome todo al nuevo halago
doy con la claridad de una terraza,
.
donde es mi guía quien ahora traza
límpido el orden en que me deshago
del murmullo y su duende, más aciago
que el gran silencio bajo la amenaza.
.
Se me juntan a flor de tanto obseso
mal soñar las palabras decididas
a iluminarme en vívido volumen.
.
El son me da un perfil de carne y hueso.
La forma se me vuelve salvavidas.
Hacia una luz mis penas se consumen.

Jorge Guillén

martes, 24 de julio de 2007

Matsuo Basho: Hai Kais

Un leve instante
se retrasa sobre las flores
el claro de luna.

Matsuo Basho

viernes, 20 de julio de 2007

Iswe Letu: Remedo

Que por mayo era, por mayo,
cuando volaba, como un dardo,
el ebrio grito de la Insumisión
en el Romance del Prisionero.

Iswe Letu: Acercándose al haiku

Caracolas impotentes
cargadas de polvo
por los carros de combate.

jueves, 28 de junio de 2007

José Mª Amigo Zamorano: Epílogo de las 'Campanas de Jericó'

epílogo

.... y que antes de volar a USA decidió hacer, con sus nuevos amigos, una fiesta de despedida en el Bosque de Yehuda Haleví, vertiendo agua y vino en el olivo que, el sabio hebreo Hain Beinart, plantara... y que fue la fiesta no a la pagana manera, sino a la hebrea... y que, para los judíos, los primeros templos fueron los bosques y su Yahvéh no desdeñó comparecer en las zarzas... y que conocida es la importancia que da la Torá a todo lo que se relaciona con los árboles... y sin que por ello se quiera ofender a Diana, la virginal señora del bosque de Nemi, ni a Sileno, ni a ninguno de los otros, pues en esto de la elección de divinidades tutelares todo el mundo es muy libre de tener sus propios santos... y que simplemente le complació comparecer en este bosque que lleva nombre del admirado autor del Cuzarí, ese libro maravilloso cuya primera traducción al castellano, del siglo XV, se proponía editar, en facsímil, el entrañable Antonio Escudero, muy pronto... y que un poco bebidos, "la ebriedad es un don", se sentaron en torno del olivo... y que León incomprensiblemente en un arrebato sorprendió a sus amigos haciendo un anillo con juncos entrelazados... y que cogiendo el anillo lo introdujo con suma delicadeza en una rama del olivo, plantado por el sabio israelí Hain Beinart, diciendo solemnemente: "Yo, León Saldaviel Anqaua, incrédulo como mi padre, y como el admirado mentor y judío universal Carlos Marx que tuve tantos años, nieto, biznieto y tataranieto de rabinos, te tomo, Sara Saldaviel Alfageme por esposa, y a ti, Sefarad, por madre reencontrada que cobijóme, antaño, en su seno, en este olivo para que sea testigo de mi palabra, según las costumbres de Moisés y de Israel"... y que no entendieron, a decir verdad, sus nuevo amigos, cabalmente, todas y cada una de las palabras pronunciadas pero que se emocionaron visiblemente... y que les resbalaron unos lagrimones por sus mejillas... y que poco después, con los ojos y la cara encendidos, les dijo a sus amigos extendiendo el brazo: "ese toro que por allí aparece, con alas verdes y llevando en su grupa a mi adorada paloma blanca, es el mismo que cabalgó mi antepasado Efraím Anqaua, El Rabino; mirad como mueve impaciente las chitas para que yo vaya"... y que Antonio dijo, con la sorna que a veces sacaba, sonriendo: "eso que ves allí es, efectivamente, un toro, un toro jardo; y que lo que se dice llevar, llevar, amigo León, si que lleva algo, y no son precisamente alas verdes, sino unos hermosos cuernos, unas afiladas astas"... y que, al parecer, exclamó muy enfadado: "parece mentira, amigo Antonio, que no te acuerdes de la promesa que hice, en nombre de Moisés y de Israel, de tomar por esposa a mi prima Sara a la que le introduje un anillo en el dedo; ahora viene a reclamarme el cumplimento de esa promesa; yo no quiero ni puedo negarme; y como dice el amigo Carlos: "acción y pensamiento van unidos "... y que se levantó de súbito sin que pudieran detenerlo... y que dirigiéndose, valeroso, al toro iba diciendo: "me voy a subir a lomos del astado de Sefarad; y abrazaré a mi amada; y marcharé volando por todas las tierras de Sefarad; de manera que, ni cristianos, ni moros, "ni Cristo que lo fundó", me robarán lo que mas quiero como se lo robaron, antaño, a mi pariente Efraím Anqaua, el Rabino que Montaba un Toro Embridado de Culebras"... y que la familia del barrio judío le voceaba: "atiende, amigo León, que ese toro no sabe de judíos, moros, ni cristianos; que lo que parecen alas verdes son las matas de juncos de la ribera donde se ha parado y que sobresalen a ambos lados como si de alas se tratara; y lo que parece lleva a la grupa no es sino el álamo que al fondo se recorta"... y que no les hizo caso a pesar de que el toro se le arrancó corriendo de frente ... y que, menos mal, León hizo un pequeño quiebro y el toro no le dio de lleno... y que los amigos y algunos campesinos de Hervás consiguieron apartar al toro de allí hasta que llegó la ambulancia... y que eso era todo lo que había podido averiguar ya que el paciente solo recuerda fragmentos que expresa sin un razonamiento continuado ni coherente.

--Muchas gracias por su información -- le dijo muy nerviosa, Sara Saldaviel Alfageme, al médico que le había hablado.

Los negros ojos, "dolientes" -- que cautivaran a León Saldaviel Anqaua, hijo de irreverente, y nieto, biznieto y tataranieto de rabinos -- estaban humedecidos por el llanto.

--Señora, no se preocupe: se recuperará; eso si, muy lentamente y con paciencia -- le expresó el doctor interpretando las lágrimas como una muestra de desesperanza.

Sara se aleja por los rincones del olvido en dirección al portón de salida del manicomio. La reclamaba un hombre autoritariamente desde la acera de la calle.

martes, 26 de junio de 2007

Iswe Letu: Mariposa surgida de un haiku

Hai kais:
A cada racha de viento
la mariposa se desplaza
sobre el sauce.

Matsuo Basho


Se desplaza mecida por los vientos.
No conoce el miedo.
Sabe posarse en cada hoja
y emprender el vuelo
si el huracán azota.
El sauce es su casa
que adorna con suaves pinceladas.
Así nace su amor por los colores
que no ensaya su mano
diestra ya
antes de Olduway
y de Altamira.
Acada racha de viento
bailando y riendo
responde sobre el sauce.
No huye
permanece hasta el alba
para seguir pintando la vida:
su hogar eterno.

viernes, 22 de junio de 2007

Iswe Letyu: Podría ser un haiku

Halcones desafiando a la soberbia
intentan perforar el grosor de las murallas.
Los narcisistas no se conocen.

martes, 12 de junio de 2007

EN EL FRONTISPICIO DE 'CAMINAR CONOCIENDO' 0-1



EN EL FRONTISPICIO





La Junta de la Biblioteca desea expresar su agradecimiento a todas las entidades qeu entusiásticamente han aportado su ayuda económica para la realización de esta revista.


Estamos seguros que en futuras ocasiones esta lista se verá engrosada por aquellas que en esta oportunidad no les ha sido posible colaborar.


Asi mismo, deseamos reiterar que su apoyo moral en en sí más valioso que la cuantía de sus aportaciones. Gracias.


El orden de presentación sigue el siguiente criterio:

1º) Las tres personalidades de reconocida fama nacional e internacional, Agustín García Calvo, Víctor García Hoz y Ricardo Ugarte de Zubiarrain; es decir: el lingüista, el pedagogo y el escultor respectivamente y en orden alfabético;

2º) El resto de personalidades que, siendo más jóvenes, son menos conocidas.

Y para el final hemos dejado las cartas de los lectores y amigos (algunas acortadas por falta de espacio) y las aportaciones que la Junta de la Biblioteca ha hecho sobre historia, teatro, etcétera.

Si esta Biblioteca pertenece el Centro Coordinador de Bibliotecas que, a su vez, es organismo de la Diputación, es natural que hayamos invitado al Presidente de la Diputación para que escriba. Como es evidente que lectura y enseñanza forman un todo; no podía faltar la Directora Provincial de Enseñanza de Ávila para que desde esa dirección se aliente y promueva, más si cabe, las visitas a las Bibliotecas Públicas desde las escuelas. Téngase en cuenta que las bibliotecas son hasta ahora las más importantes fuentes de memoria histórica, y los historiadores nos recuerdan siempre aquello de que "PUEBLO QUE OLVIDA SU HISTORIA ESTA CONDENADO A VOLVERLA A SUFRIR".

SOLO NOS RESTA DECIRLES QUE, A PIE DE PÁGINA, VAN UNOS PROVERBIOS AFRICANOS INTERCALADOS CON FRASES O VERSOS DE ESCRITORES ESPAÑOLES PRINCIPALMENTE.

QUEREMOS CONTRIBUIR ASÍ A DIFUNDIR LA CULTURA AFRICANA TAN RICA Y TAN DESCONOCIDA, AL MISMO TIEMPO QUE PONEMOS UN OBSTÁCULO AL AANCE DEL RACISMO QUE TANTOS MALES HA TRAIDO Y ESTÁ TRAYENDO A LA HUMANIDAD.


LA JUNTA DE LA BIBLIOTECA

Agustín García Calvo: 'Cuentos Vivos'




CUENTOS VIVOS
Por Agustín García Calvo (*)

Al pedirle a uno que hable de libros que, allá en su niñez y hasta mocedad, debieron darle muchos placeres o descubrimientos o riquezas, y diga uno, el que piense que más le diera, uno se queda un tanto perplejo y meditabundo. Porque en cosas de amor o de agradecimiento no se pueden dar primeros premios ni segundos, como en los concursos de bellezas o de obras literarias; no se puede decir “el que más...”, como hablando de levantadores de pesos o rascacielos.
Así, ¿qué va a hacer uno? Pues nada: lo que uno hace es dejarse hundir en sus recuerdos de aquellos que uno era y no era, ponerse a buscar entre esas aguas irisadas y brumosas, y dejarse, a ver cuál es el primer libro-pez o libro-alga con el que se encuentre.
Pues ¡ea!, estamos ya nadando entre las aguas, el primer pez, el primero que nos roce las antenas. ¿Cuál es? Era una serie de historias ilustradas, en dos tomos en linda tela, el primero parda, el segundo gris, con un grabado, impreso en colores y unos pocos colores, en las portadas, en la del primero, unos cuantos hombres que son las Fuerzas Vivas de algún pueblecillo acompañadas tal vez de un burro; en la del otro, un mozo abrazado por de fuera de una gran campana que voltea; y el titulo CUENTOS VIVOS, y encima, más pequeño, el nombre del autor, Apeles Mestres, que resulta ahora que era un dibujante catalán que tenía, sin embargo, el ingenio de contar cuentos.
¿Cómo los contaba? Se abren los libros, y en cada página de la derecha hay dos escenas dibujadas, una bajo otra, como a fina pluma, sobre un fondo verde-gris, y debajo de cada una, una o dos líneas diciendo lo que va pasando (en la página de la izquierda están impresos los mismos letreros seguramente, pero traducidos a otras dos o tres lenguas desconocidas y fascinantes).
¿Cuál era el encantamiento que los ha hecho quedar así vagando tan vivos entre las ondas del recuerdo? ¡Quién sabe! Pero aquellos trazos del dibujo, a veces punteados, rara vez rellenos de alguna mancha de blanco o negro, deben tener algo de culpa de que tantas de aquellas escenas (un muchacho al que un hombre corta en dos por la cintura con su espada y los trazos punteados de las tripas encaracoladas se combinan con la cabriola del muchacho en su brinco; aquel alfarero, con su ropita corta a lo griego antiguo, vociferando entre un ánfora alta y una chata, que va a acabar con la cabeza cogida entre ambas por obra de algún poeta despechado; y más y más escenas) han quedado prendidas con un recuerdo del hilo de sonrisa que las acompañaba durante largos años en los ojos y en la boca del niño o ya muchacho que una y otra vez las recorría.
¡Volviera a publicar alguien los CUENTOS VIVOS de Apeles Mestres, y resucitara aquellas risa y aquel vivo placer (instructivo sin duda, como los placeres verdaderos), aunque haya de ser en los ojos y las bocas de otros niños!

(*)Agustín García Calvo
Estación de Las Navas del Marqués (3 de abril de 1992)

(Revista “Caminar conociendo”, número 0, sin paginar, año 1992. Siempre con una frase, verso o proverbio a pie de página)
'LA EBRIEDAD DE ANTAÑO DISFRAZÓ EL REVÉS'
Kacem

(*) A. García Calvo es filólogo, lingüista, poeta, filósofo, profesor emérito de la Universidad de Madrid... Autor de numerosos libros, entre ellos: “De los números”, “Jenofonte”, “Canciones y soliloquios”, “Lalia”, "Plauto”, “Del ritmo del lenguaje”, “Del tren”... Algunas de sus poesías han sido cantadas por Amancio Prada.

PRESENTACIÓN DE 'CAMINAR CONOCIENDO' 0-1

ALFREDO BARRANCO MORENO

PRESIDENTE DE LA DIPUTACIÓN DE ÁVILA




La iniciativa de la Junta de la Biblioteca Pública Municipal de Las Navas del Marqués, recogida, alentada y promovida por el Alcalde y toda la Corporación, al crear una revista de la Biblioteca Pública de su municipio, no solo me parece loable, sino que es digna de ser imitada por otras localidades abulenses.



Por ello, merece ser apoyada y potenciada por las instituciones políticas desde el ámbito de la promoción cultural, tengan o no tengan competencias educativas estas insituciones.



El fomento de la lectura y la práctica de la misma por nuestros niños y jóvenes les hará ser más libres, desarrollará su propia personalidad y les dotará del mejor del mejor instrumento para la adquisición de conocimientos, preparándoles mejor para que puedan triunfar en la sociedad española del futuro: la España democrática del siglo XXI.



Sin embargo, se abre un reto a la Corporación Municipal de Las Navas y a las demás que sigan por ese camino, que desde la Diputación apoyaremos de forma incondicional, y es que sepan y sepamos dar vida a la revista, dotándola de un contenido dinámico y variado que consiga acercarse al mundo infantil y juvenil, que potencie el conocimiento de aspectos múltiples y que no olvide la dimensión del conocimiento de nuestras raíces, que consiga desarrollar la capacidad de valoración de lo qeu somos como comunidad local, provincial, regional y nacional, conocimiento que es previo al amor por nuestro patrimonio cultural.



Este primer número de la revista estará dedicado a la literatura intantil y juvenil, desde el recuerdo de un libro de los que escribimos en ella, como muy bien lo han definido los responsables de la revista, desde 'El Libro en el Recuerdo'.



DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE ÁVILA

(Centro Provincial Coordinador de Bibliotecas)

viernes, 8 de junio de 2007

STAFF DE CAMINAR CONOCIENDO , Nº. 0-1

EDITA:
BIBLIOTECA PUBLICA MUNICIPAL - AYUNTAMIENTO DE LAS NAVAS DEL MARQUES
PRESIDENTE:
ANGEL LUIS ESTEBAN GUADAÑO
SECRETARIO Y COORDINADOR:
JOSÉ Mª AMIGO ZAMORANO
ENCARGADA:
CANDELAS SANTAMARÍA LUELMO
VOCALES:
CONSUELO BARBERO SÁNCHEZ, BLANCA LETICIA GARCÍA CANTÚ, ANA Mª SANZ HERRANZ
PORTADA: ARTURO MARTÍNEZ
IMPRIME: GRAFI 3 - AVILA

Caminar Conociendo, Nº. 0-1

CAMINAR CONOCIENDO agradece la aportación de las siguientes industrias y entidades, sin las cuales hubiera sido muy difícil la salida de esta revista:


*AFEC
*ALIMENTACIÓN ADRIAN
*AMBITO EDICIONES, SA
*ANTHROPOS (Editorial del Hombre)
*AUDIO BAR MORDOR
*AUTOSERVICIO COLMENAR
*BANCO EXTERIOR DE ESPAÑA
*CAFA-BAR EL PINAR
*CAJA DE AHORROS DE AVILA
*CAFETERÍA-PASTELERÍA EUROPA
*CAPRICHOS (Ropa de Niños)
*CERVECERÍA MERCHE
*CO.OO. LAS NAVAS DEL MARQUÉS
*CERVECERÍA TITO Y CONCHI
*COLEGIO PÚBLICO VICENTE ALEIXANDRE
*CHOCOLATERÍA-PASTELERÍA LUANGE
*DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE AVILA
*EDICIONES VOSA
*ELECTRODOMÉSTICOS HERSANSON
*FRUTAS EL CONEJO
*GRAN FRUTERÍA ROSAMAR
*GRUPO ANAYA
*HERMANOS SASTRE SA
*IGLESIA PARROQUIAL SAN JUAN BAUTISTA
*JAVIER VERGARA EDITOR SA
*GLOBOS MODA
*LABORATORIO - FOTOCOLOR MANZANERO
*LAS DALIAS
*NIEVES BLANCO (PRENSA-LIBRERIA)
*MANUEL ROSADO RAN
*MOGAMBO - PUB
*NARCEA, SA EDICIONES
*OUBHISA
*PASTELERÍA-CAFETERÍA EL SAUCO
*RAFAEL J. PEÑA MANJÓN (FARMACEUTICO)
*SASTRERÍA JOSÉ Mª MARTIN
*SUPERMERCADO ROSAMAR
*TALLER DE CERRAJERÍA ESTEBAN ESTEBAN
*U.G.T. - AVILA

Víctor García Hoz: 'Un buen libro, un buen amigo'



Víctor García Hoz: ‘Un buen libro, un buen amigo’

Todos tenemos algunos buenos amigos… Antiguos compañeros de colegio, conocidos ocasionalmente en alguna reunión y que después siguieron tratándose, coincidentes en la misma afición o deporte… Son amigos nuestros y, por nuestra parte, somos amigos de ellos. La mistad es cosa de personas. Pero también hablamos de amistad refiriéndola a objetos y seres que nos rodean sin ser hombres como nosotros. Así, decimos de Pedro que es amigo del campo, de Juan que es amigo de los perros o de Lolita que es amiga de colores chillones en los vestidos… Y alguna vez se oye decir que alguien es ‘amigo de los libros’.
¿Qué tiene los libros para que despierten en nosotros ese sentimiento de amistad?
Parémonos a pensar.
Por lo pronto un amigo es alguien en quien confiamos. Estamos seguros de en cualquier momento se halla dispuesto a estar con nosotros y a nuestra disposición para ayudarnos en lo que él pueda.
La compañía del amigo nos agrada; nos sentimos a gusto con él; nos satisface su trato.
La confianza en el amigo y la satisfacción en su trato son cosas en verdad importantes. Pero hay algo con mayor importancia: un buen amigo nos hace buenas personas. Porque también se puede hablar de buenos y malos amigos.
De un libro se puede pensar y decir lo mismo que se piensa y se dice de los amigos: tenemos confianza para tomarle o dejarle, sabiendo que no se va a enfadar; está a nuestra disposición en cualquier momento; lo podemos usar mucho tiempo seguido o en un rato corto; de día o de noche.
Estamos a gusto cuando tranquilamente leemos un libro; nos entretiene, a veces nos divierte y otras veces nos hace pensar; adquirimos conocimiento de la realidad y excita nuestra fantasía.
Igualmente, lo más importante de un libro es que nos ayuda a ser mejores. También se puede hablar de libros buenos y de libros malos, aunque tal vez se ajuste más a la realidad hablar de aspectos positivos o negativos en un mismo libro, como en la vida particular de cada hombre y cada pueblo.
Los libros nos hacen mejores cuando aumentan nuestros conocimientos con la descripción de lugares o cosas desconocidas o con el relato de acontecimientos que no hemos presenciado, cuando nos hacen pensar sobre las personas y las cosas que tenemos a nuestro alrededor, cuando nos impulsan a hacer bien lo que tenemos que hacer, cuando nos descubren la alegría de rechazar nuestro egoísmo y pensar en los demás. Y todas estas ayudas para nuestra mejora personal las realizan los libros sin ponernos mala cara, sin apabullarnos ni reñirnos, pasándolo bien en su compañía, con la sola condición de una lectura atenta.
Vale la pena no olvidarse de que se disfruta verdaderamente con los libros cuanto con más atención se lean. Una lectura distraída pronto aburre. Cuando se coge un buen libro, en él se encuentran multitud de cosas diferentes que atraen la atención.
Por poner un ejemplo, de entre una relación de libros que gustan mucho a gente joven –y a mayores- he tomado uno que lleva por título El poder de las estrellas, escrito por Javier Requero. En él se mezcla la realidad y la ficción. El Emperador de Antares, una estrella donde el desarrollo de la inteligencia es perfecto, hasta el extremo de anular los sentimientos humanos, llega a la tierra y encuentra en ella el amor y la amistad. Ha trasmitido a su hijo Toni sus extraordinarios poderes. Cuando Toni se va haciendo hombre descubre su condición de señor absoluto de una estrella donde la vida es perfecta y sin conflictos. Los habitantes de Antares le piden que abandone la Tierra y vuelva a su estrella para ejercer el poder que le corresponde. ¿Qué hará?
Todo el libro gira en torno a la lucha entre el afán de poder, el deseo de independencia y la ambición de triunfo, por un lado, y la familia, las alegrías y dolores compartidos, y la amistad por otro. Es la vida misma, con sus gozos, sus dolores, sus dificultades, sus aspiraciones.
Un buen libro no es una colección de páginas pesadas y aburridas, que nada tiene que ver con la vida. En él siempre hay un modo de ver la existencia humana, que nos ayuda, poco a poco, a despertar y encuazar nuestra imaginación, a humanizar nuestros gustos y aficiones, a reforzar nuestra inteligencia en la reflexión sosegada. La lectura es un camino, bueno y entretenido, para aprender a vivir.

Víctor García Hoz, pedagogo, autor de numerosos libros de su especialidad. Últimamente ha escrito: ‘Diccionario escolar etimológico’, ‘Fuertes en la Edad Avanzada’, ‘Alegría en la Tercera Edad’ y la ‘Educación del estudiante en la familia’.

TOMADO DE LA REVISTA ‘CAMINAR CONOCIENDO’, NÚMERO 0-1, DEL AÑO DE 1992. SIN PAGINAR. APARECIENDO DEBAJO DE LA PÁGINA UN VERSO, FRASE O PROVERBIO. EN ESTE CASO:


‘LOS QUE ESTÁN MUERTOS NUNCA PARTIERON’
Diop

Ricardo Ugarte: La Envidia


(Del libro Collage N.º 1 -. Años Setenta)

Junto a las rosas de los jardines de Andalucía, como entre los laureles de los antiguos héroes de Castilla, crece la negra flor de la envidia española. Nos lo dicen en evrsos líricos y en poemas épicos nuestros mejores poetas. Lo cuenta el Cid en la primera página de la epopeya. Y lo relata Ibn Hazn en 'El collar de la paloma'. Entre la poesía, las lágrimas.


El el signo de una tierra que no tiene fronteras para la desventura y el dolor. Porque una divisoria de acstillos y fortalezaas separaba aquella España del siglo XI, en la que el poeta árabe escribía, y por la que Ruy Díaz cabalgaba, a uno y otro lado de la barricada, un mismo sentimiento ensombrecía el íntimo paisaje de nuestra historia: la envidia. Difícil país éste, cuyas virtudes y cuyos vicios son tan profundos e indelebles que logran presentar análoga imagen, aunque sde les contemple desde los ángulos más opuestos. Da igual una corte de Al-Andalus que un reino medieval acstellano. Es lo mismo el siglo XI que el XX.


La envidiadescubre su esencia del factor temperamental que unifica -por encima de antagonismos culturales e ideológicos- el espíritu hispánico. Este es el único lugar de la tierra donde hay que hacer perdonar los éxitos. Desdichado el que intenta romper el nivel medio de la vulgaridad. Nunca se le perdonará el oscuro resentimiento de sus conciudadanos. Lo confirma la vieja parábola de las tres cucañas que nos recuerda Menéndez Pidal. La cucaña francesa, en la que los espectadores alientan con su entusiasmo al que intenta vencer, la inglesa, en la que el público guarda espectante silencio. Y la cucaña española, donde las gentes injurian al que se arriesga y al que incluso tiran de los pies para que no suba. Ningún símbolo mejor para conocer las secretas raíces del resentimiento hispánico. Las victorias del Cid fueron espinas clavadas en el corazón de los cortesanos serviles. Porque los aduladores del poder encuentran siempre a mano una esponja con hiel para apagar la sed de gloria de los que sueñan vencer la esclavitud de la mediocridad y la miseria.


Las victorias del Campeador hicieron 'que le ovieran mucha envidia'. Por eso 'le buscaban mucho mal' y le 'encizañaron con su rey'. El texto dice 'mezclar', que vale tanto como sembrar cizaña. Mezcladores es lo mismo que mestureros o calumniadores.


Desde entonces, cuando el estilo del Estado 'se medievaliza', es decir, cuando la fuerza del poder crece en razón inversa de la libertad de los subditos, el número de mestureros o encizañadores aumenta de manera progresiva, avasalladora, incontenible. La insidia servil es matrona escuálida, pero prolífica.


Nuestras letras cuentan con documentos inequívocos que atestiguan la fuerza de ese sentimiento, tan decisivo para la explicación de muchos giros de nuestra Historia. El Arcipreste de Hita, Fray Luis de León, Quevedo y Larra, fueron sus máximos denunciadores.


Ricardo Ugarte de Zubiarrain es escultor. Ha expuesto en ciudades como Madrid, Gijón, San Sebastián, Bilbao, Wiesbaden, Nueva York, París, Barcelona, Budapest, Toyoma (Jápón). Ha recibido numerosos palmarés. Referencias a su escultura se hallan en una veintena de libros. En museos y colecciones públicas pueden admirarse sus esculturas. Por ejemplo: los museos de arte contemporáneo de Madrid, Castellón, Sevilla, Vitoria, Villafames (Castellón) y otros museos, así como parques y jardines de Chile, Nicaragua, Francia, Alemania y una treintena de ciudades españolas.

DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', NÚMERO 0-1, DEL AÑO 1992. SIN PAGINAR Y CON UNA FRASE, VERSO O PROVERBIO ABAJO DE CADA PÁGINA. EN ESTA:




'SOY UN PRISMA EBRIO'


Aziza


jueves, 7 de junio de 2007

Anuncios Literarios

En el número 0-1 de la revista 'Caminar Conociendo', que por los años 90 del pasado siglo surgió en Las Navas del Marqués, algunos anunciantes escogieron versos para rellenar su anuncio.
Así la cervecería Tito y Conchi decía:
Tito
y
Conchi
*CERVECERÍA*
......................
Especialidad en tapas de cocina
.......................
RUBAIYAT
Cuando a los pies me vea de la muerte y se corte
el hilo de mi vida, con mis cenizas quiero
que se fabrique un jarro.
Quién sabe si al llenarlo de vino hasta los bordes
renaceré a la vida.
Omar Khayyam

Anuncios Literarios

En el número 0-1 de la revista 'Caminar Conociendo', que por los años 90 del pasado siglo surgió en Las Navas del Marqués, algunos anunciantes escogieron versos para rellenar su anuncio.
Así el cafe bar Pinar decía:
CAFÉ - BAR
"El Pinar"
Saluda al pueblo y colonia veraniega
..................
Especialidad en tapas de cocina
..................
En el borde de todas las copas de vino hay cincelada
una máxima secreta que estamos obligados a saborear.
Omar Khayyam

Anuncios Literarios

En el número 0-1 de la revista 'Caminar Conociendo', que por los años 90 del pasado siglo surgió en Las Navas del Marqués, algunos anunciantes escogieron versos para rellenar su anuncio.
Así Comisiones Obreras de Ávila decía:
CC.OO.
ÁVILA
--------------------
Quién aún esté vivo no diga 'jamás'.
Lo firme no es firme.
Todo no seguirá igual
Bertold Brecht
--------------------------------
Leggión esclava en pie a vencer.
Eugenio Pottier

Anuncios Literarios

En el número 0-1 de la revista 'Caminar Conociendo', que por los años 90 del pasado siglo surgió en Las Navas del Marqués, algunos anunciantes escogieron versos para rellenar su anuncio.
Así la cafetería y pastelería Europa decía:
Cafetería - Pastelería
EUROPA
-----------
Una vez encontré en la taberna un sabio venerable.
-¿Qué puedes -le pregunté- decirme de aquelllos que se fueron?
-Bebe -dijo solicito-, porque muchos marcharon, pero ninguno a vuelto.
Omar Kkayyam

Anuncios Literarios

En el número 0-1 de la revista 'Caminar Conociendo', que por los años 90 del pasado siglo surgió en Las Navas del Marqués, algunos anunciantes escogieron versos para rellenar su anuncio. Así 'Autoservicio COLMENAR' decía:
AUTOSERVICIO
COLMENAR
GRANDES OFERTAS SEMANALES
PEDIDOS A DOMICILIO
-----------------------------
"He aquí la cena servida para todos
he aquí el alimento que ha de saciar
el hambre"
Walt Witman

Manuel Blanco Chivite: Novela Negra para Jóvenes

Manuel Blanco Chivite



En principio, la novela negra y la novela policíaca en general, aun cuando se concibieron como mero entretenimiento, no se pensó que pudiese estar dirigida específicamente a un público juvenil. Sin embargo, muchos de los que hoy nos consideramos apasionados o asiduos lectores de este tipo de libros, adquirimos tal afición o inclinación en nuestros primeros años de adolescencia y juventud. En tal periodo descubrimos a Edgar Poe, Conan Doyle, a Agatha Christie, a Edgar Wallace, a Dashiell Hammet, a Ellery Queen, a Raymond Chandler... No eran obras que se conceptuasen como “juveniles”; no obstante, resultaban, al menos en mi opinión, bastante más interesantes y atractivas que las oficialmente dirigidas a los jóvenes. Desde luego, el asesinato, la corrupción, el gangsterismo y la seca brutalidad presentes en muchos de esos libros parecían no hacerlos muy recomendables para quienes, curiosos e inquietos, desdeñábamos la escasa literatura que se nos pretendía adjudicar y los convencionales tebeos de censuradas aventuras, y elegimos hacer nuestras primeras armas literarias con los autores citados. Hoy en día, con el enorme auge de la industria editorial y los programas de estudio que obligan a leer esto o aquello, la oferta presente en las librerías se ha multiplicado. Y con ellas las posibilidades lectoras de los jóvenes.

Ya hace diez o doce años vimos en “Club Joven de Bruguera” seleccionados algunos relatos de Hammett, Chandler, Conan Doyle... En la actualidad, las versiones blandas de lo “negro” y el relato policial infantil y juvenil multiplican sus ediciones, títulos, autores y formatos.

Anaya, por ejemplo, tiene su “Espacio abierto”, dedicado sólo a autores y novelas policíacas dedicadas al público juvenil. En su catálogo, conocidos novelistas de serie negra emplean sus talentos y capacidades literarias al servicio de las nuevas generaciones emergentes. Así, encontramos ese Todos los detectives se llamaban Flanagan, firmada por Andréu Martín (el muy duro autor de Prótesis o Barcelona connection) y Jaume Ribera, o el Parecido SA, del argentino Juan Sasturain, autor de aquel estupendo Manual de Perdedores.

Parecido a Andréu Martín, plural y prolífica pluma, señalemos que, junto a títulos tan descarnados como los señalados, tiene también una vena nítidamente infantil, expresada en los títulos, cuatro ya, de la colección “Cuentos del sí”, que recogen las aventuras del “Mago de Sí”.También Anaya tiene recogidos algunos clásicos del género en “Tus libros policíacos”: Doyle, Leroux, Poe, Leblanc..., cuidadosamente editados con sus correspondientes estudios y documentación.

En “Austral Juvenil”, de Espasa, también han incluido libros de nuestro género de autores especializados. Editorial Molino, apadrinados por Alfred Hitchcoks, ofrece las innumerables aventuras de “Los tres investigadores”. En la colección “Gran Angular”, de Ediciones S.M., el prolífico Jaume Sierra i Fabra nos ofrece un buen puñado de títulos policíacos al gusto joven, al menos tal y como lo entiende S.M.

Y hasta Bernardo Atxaga, el vasco Premio Nacional de Literatura de hace unos años, nos brinda en la colección infantil “Marabierto”, de Ediciones “B”, su Ramuntxo detective.

Timun Mas Editorial, Edelvives y su “Ala Delta”, y otras muchas, publican también productos policíacos y de aventuras urbanas e intriga para la juventud.

El panorama, por lo tanto, ha cambiado. La temática policial y hasta “negra” tiene hoy su versión “ligh” o iniciática para niños y jóvenes, de la mano, a veces, de los autores más duros, a veces, en la pluma de escritores dedicados en exclusiva a la literatura juvenil e infantil.

De cualquier manera, lo importante es leer y, en particular, introducirse en ese ámbito literario, el de la novela policíaca y negra, que, pese a haber generado muchos malos títulos, ha constituido también uno de los géneros más característicos de nuestro tiempo, al que debemos no pocas de las obras maestras más críticas y corrosivas de la literatura del siglo XX.


Manuel Blanco Chivite, Madrid, abril de 1992


(Revista “Caminar conociendo”, número 0-1, año 1992, sin paginar. Abajo de la página aparece siempre un verso, frase o proverbio)

'TREPA LA CUESTA DE SUS RECUERDOS'

Rabearivelo

(*) M. Blanco Chivite, periodista, escritor y editor, condenado a muerte en los últimos juicios del franquismo de 1975, ha escrito novelas, ensayos y libros de viajes; a saber: Notas de prisión, De matar y de morir, Operación Mendi, Ciudad sangrienta, Trío de negras, Comunicados del Lobo; el primer libro biográfico dedicado a Vázquez Montalbán, Diario de Etiopía... Dirige la Editorial VOSA.

Alfredo Barranco Moreno(*): El Principito



Os voy a hablar de uno de los libros que yo más leí en mi niñez, releí, muchas veces, en mi adolescencia y aún hoy se encuentra presente en mi biblioteca en un lugar destacado. Es más, incluso hoy día su lectura me hace reflexionar sobre cuestiones tan importantes como la amistad, la responsabilidad, los funcionamientos de la conducta, humana, etcétera.

Es un cuento regalado por mis padres en una feliz noche de Reyes. Se titula El Principito, y su autor es Antoine de Saint-Exupéry.

Mucho se ha escrito del valor moralizante y recreativo de los cuentos para niños. Yo creo que también los adultos pueden sacar reflexiones ssobre cuestiones importantes de la vida y de las relaciones sociales. Pienso que de su lectura, el hombre, en general, puede encontrar sentido en las distintas etapas biológicas de su desarrollo a muchos de los interrogantes de la vida humana.

El libro que os comento, en determinado nivel de lectura, el niño y adolescente podrán ver la realidad de su mundo frente a la artificialidad del mundo de los adultos; o hacemos reflexionar a los adultos al leer la frase de 'Pero nadie le creyó por culpa de su vestido', en la anécdota del sabio turco. Hay una severa crítica a la tendencia de los adultos, sin respetar la iniciativa y vocación del niño, a imponerle los estudios de una profesión que vine deetrmina más por nuestros gustos y aficiones que por su inclinación, aptitud y capacidad.

Está presente en el libro la sensación de soledad en el hombre y la necesidad de amistad, así como la idea tan actual y democrática de que la persona humana está perfectamente capacitada y debe llegar a comprender y entender formas de pensamiento y de vida totalmente distintos, primando el entendimiento y diálogo sobre la incomprensión y monólogo.

El cuento supone un cántico al ámbito del amor y del pensamiento, como puede comprobarse en la frase: 'No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos'.

Se sublima el concepto de tolerancia, comprensión y justicia en la frase: 'Es mucho más difícil juzgarse a si mismo que a los demás. Si sabes juzgarte serás sabio.'

Siempre sabremos sacar conclusiones de la lectura de la sabia descripción y crítica que se realiza en el cuento de los defectos humanos, que sitúa el autor en los únicos habitantes de lso planetas: el autoritarismo político, la crítica a la vanidad humana, el alcoholismo (y me acuerdo de memoria de la frase: 'Bebo paar olvidar que tengo vergüenza de beber'), la consecución de la riqueza por si misma, etcétera.

Y creo que mi afición a la ecología y mi amor a la naturaleza (hombres, animales, plantas y seres inanimados en perfecto equilibrio) se debe a la lectura del libro, en el que se destaca y se hace ver que el hombre novive sólo en al tierra, que es una mínima parte, aunque la más importante de la vida en ella.

Solo me queda desear que cada niño y joven abulense encuentre, como yo, un libro del que pueda sacar conclusiones para su actuación en la vida.


(*)Alfredo Barranco Moreno es profesor. Actualmente (por entonces de 1992) ejerce el cargo de Presidente de la Diputación de Ávila


EN LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', NÚMERO 0-1, DEL AÑO 1992, SIN PAGINAR Y CON FRASES, VERSOS O PROVERBIOS ABAJO DE CADA PÁGINA. EN ESTA:



'VOCES PAGANAS RITMANDO EL TANTUM ERGO'

Leopol Sedar Senghor

martes, 5 de junio de 2007

Isabel Escudero: Saltando el Mapa



Erase una vez una niña que había nacido en una casa donde había muchos, muchos libros: libros de historia, libros de ciencia, libros de cuentos, libros de cuentas... Y la niña crecía entre los libros, y unas veces los abría y los leía un rato, y otras veces jugaba con ellos a hacer casitas o amontonarlos en pilas, donde se subía y se quedaba muy quieta imitando una estatua.

Los libros que más le gustaban eran los atlas de geografía, de los que desprendía las mapas de los lomos y los extendía por el suelo como formando el mundo consigo mismo. La embelesaban esos relieves de las montañas de sepia y chocolate con nata arriba que se agrietaban en surcos por donde bajaban ríos de cristal. Y tantos y tantos puntitos de los pueblos, todos nombre, tan pequeñitos, aunque se llamaran París, Roma, Estambul o Buenos Aires. Porque nuestra niña vivía en un pueblecito de la llanura de La Serena, allá en aquella esquina de Europa que llamaban España, un poco antes de saltar a esa otra piel reseca de cocodrilo que titulaban África.

Pues bien, las largas siestas, cuando todos se refrescaban en la penumbra de sus cuartos, la niña subía al doblao y agitaba entre sus manos un dado y lo lanzaba sobre los mapas, y allá donde el dado caía, alá se iba volando la criatura sin moverse un palmo del desván. Así, un día se fue a la China, y allí se paseaba a saltitos con una carita de arroz y los ojitos estrechos. Otro día llegó hasta Egipto, y en una falúa de oro navegaba por el Nilo. Y una tarde en el mercado de Tumbuctú, serpientes de oro bailaban en sus tobillos. Y otra vez, en la Siberia, desde un tren largo, muy largo, vio sobre la nieve un pope con una copa sangrando, bajó del tren y siguió el rastro.

Pera ¡hete aquí! que un día que le tocó al dado caer sobre Europa, ¡hete aquí! que vino a rodar sobre España, ¡hete aquí! que en una vueltecita más rodó sobre Extremadura, y en una última pirueta de bailarina giró sobre una esquina ¡zas!, cayó encima, en cima de La Serena, tapando aquel pueblecito donde la niña de verdad estaba. Y, ¡qué pasó entonces? ¿Cómo se las apañaría la muchachita para, según su costumbre, volar hasta el sitio de mentira si al ser el sitio de verdad, el truco ya no valdría?...

Te propongo a ti el final del cuento


Isabel Escudero(*)

Estación de Las Navas del Marqués


(*) Isabel Escudero es profesora de Psicodidáctica. Antes fue profesora de Creatividad. Autora de un ensayo sobre 'El Llanto' y de los libros de poemas 'Coser y cantar' y 'Cifra y aroma'. Escribe sobre cine, pensamiento, lenguaje, crítica social y política en diversas publicaciones.


LEÍDO EN LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', NÚMERO 0-1 DEL AÑO 1992 ILUSTRADO CON UN DIBUJO DE ASUN BALZOLA QUE PUBLICÓ LA REVISTA 'KANTIL' AUNQUE NOSOTROS HEMOS PUESTO OTRA ILUSTRACIÓN DE LA MISMA AUTORA RECIENTEMENTE FALLECIDA. ESTE NÚMERO DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO' ESTÁ SIN PAGINAR. ABAJO, EN EL LUGAR DE LA PÁGINA, APARECE SIEMPRE UN VERSO, FRASE, O PROVERBIO. EN ESTE CASO DICE:


'SOY TU EN TI LA UNIDAD INCREADA'


Nyunai

Isabel Escudero: El libro de nieve



PARA LOS NIÑOS DE LAS NAVAS QUE ESCRIBEN EN LA NIEVE





Para aquella niña, hija de maestros de escuela, padre y madre, que nació y se crió entre libros, que aprendió a leer casi antes que hablar y a escribir antes que andar, fue todo un hallazgo aquel libro blanco, donde las páginas estaban vacías, invitadoras como una sábana blanca, o un campo de nieve, donde emergían las letras y los dibujos en el momento de leerlos y no antes. Algo así como pasa con la música, que sólo al oirla se fija en la partitura del alma, o como la escritura de los sueños, que se escribe al leerlos.

Y, sin embargo, no era un cuaderno, era un libro liso y blanco, de pastas nacaradas, donde la última página podía ser la primera y al contrario, porque tenía la extraña virtud de ser cilíndrico al girar sobre sus goznes, un lomo flexible y suave como el de un gato de blanca angora.

En este libro vacío había historias y leyendas de países lejanos y estaban escritas cada una en la lengua de su tierra, pero podían ser leídas por los niños de cualquier lengua, como si de tentadores enigmas se tratara. Había historias de guerras antiguas como en los manuales de Historia de nuestras escuelas, pero contadas con pormenores de detalles y vívidos colores que borboteaban sangre y destellos sobre el blanco. Así, los niños escribían la guerra sobre la página blanca, como hacen en realidad cuando entablan peleas los días que nieva. Otra de las notas de estos cuentos y relatos es que no tenían fin, ni al remate todos eran felices, ni por supuesto desgraciados para siempre, sino que se quedaban suspendidos en el aire, en ese punto en que la historia se iba pareciendo y acercando al instante en que empezó, que al mismo tiempo no era ningún empezar, salvo porque recordaba a los cuentos corrientes por eso de 'érase una vez...'. Pero bueno, mejor que explicarlo os presentaré uno de esos cuentecillos que se escribían al leer las páginas del libro de nieve, y que a mí me intrigó especialmente:

SALTANDO EL MAPA
(sigue en el siguiente post)
TOMADO DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO' ESTE ESCRITO DE ISABEL ESCUDERO, REVISTA NÚMERO 0-1 DEL AÑO 1992 SIN PAGINAR. EN SU LUGAR APARECE UNA FRASE, POEMA O PROVERBIO, SOBRE TODO AFRICANO. AQUÍ EL VERSO ES DE TAHAR BEN YELUM Y DICE ASÍ:
'NO CREAN EN LA MANO QUE LABORA
EL CAMPO DE LA SOLEDAD'
Tahar Ben Yelum

martes, 22 de mayo de 2007

Felipe Juaristi: Metrópolis 2

Oyó que le hablaban en sueños:
'Nadie se conoce a si mismo,
si no es huyendo de la tierra natal.
Es puro movimiento el ser humano'.
Al despertar alzó la vista.
Todo yacía quieto y tranquilo:
en la casa, humeaba la chimenea,
en el patio, lleno de flores el abedul que plantó.

Se marchó dejando atrás
la casa, el humo, el patio, el abedul.
El eco no podía seguir sus pasos.
Cruzó ríos que en sus ojos
llevaban el recuerddo de la nieve,
montañas blancas, rodeadas de nubes.
Tierras áridas vio, tierras fértiles,
y el mismo sol, vigilante en el cielo.
Casi tocó con sus dedos el horizonte,
hilo de perlas en el cuello del mundo.
Fue joven, y enseguida hombre.
De plata se vistieron sus sienes.

Oyó que le hablaban en sus sueños:
'Todo lo que sube es ley que baje.
Así, lo que va ha de venir.
Es un eterno retorno la vida.
Deja de girar como un trompo.
¡Si quieres encontrarte
busca en tu interior!'.

Al morir le dieron tierra
bajo el árbol que plantó de niño.
Todo yacía quieto y tranquilo:
en la casa humeaba la chimenea.
Entonces se dio cuenta por el fresco del amanecer
que sus huesos siempre habían estado allí,
cubiertos por el polvo de años y más años.
El viento agitaba las ramas altas.
Y le llamó la memoria:
'¿Dime, acaso encontraste algo en tu caminar?
El espíritu es un viajero solitario'.

Tan solo lo que otros espíritus han ido abandonando
El rastro ligero de lo que hemos sido en el pasado.

Felipe Juaristi Galdós es escritor y periodista. Colaborador de diarios como 'El Mundo', 'El Sol', 'Diario Vasco', las revistas 'Leer', 'Urogallo'. Ha trabajado para radio y televisión. En 1987 obtuvo el Premio Nacional de la Crítica por su libro de poemas 'Denbora, nostalgia' y el accésit al premio Lizardi de Poesía. Ha publicado novelas con muy buena crítica. No en vano se apallida Galdós, pariente lejano. Como dicen, la sangre tira.

POEMA APARECIDO EN LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', NÚMERO 0-1 DEL AÑO DE 1992 SIN PAGINAR QUE LLEVA UN VERSO, PROVERBIO O FRASE EN CADA PÁGINA

'EL OJO DE LOS NIÑOS SANGRA EN EL ALBA'
(Tahar Benyelun)

Elicia Martín Jiménez: Las Morañegas

Libro De Mi Niñez
'... trigo limpio y sin argaña'


Dicen que a medida que van pasando los años y las personas se hacen adultas, los recuerdos, las imágenes, las vivencias de la niñez se hacen más nítidas, más claras, más precisas. No sin razón, cuando estas sensaciones se producen la 'madurez' comienza a asentarse en nuestras vidas, y probablemente por ello recordar situaciones, emociones o algún objeto que preferentemente nos haya ocupado gran tiempo de nuestra niñez sea sumamente fácil, casi diríamos que se produce de forma espontánea.


Soy de un pueblecito morañego; mi niñez no gozó de un bienestar económico, sino de todo lo contrario, eran tiempos difíciles para España y también para mi comarca: La Moraña; una pizarra, pizarrín de manteca, enciclopedia y poco más era todo nuestro material escolar. Pero sí recuerdo con especial cariño alguno de los libros de lectura que insistentemente leíamos y releíamos; unas veces como puro ejercicio de lectura y otras como medio de expresión de sentimientos; máxime cuandos estos hablaban de nuestra tierra y nuestro entorno.


Coincidencias del destino... cuando se me pidió que escribiera algo sobre un libro especialmente recordado de época de niñez, el azar había querido poner en mis manos un ejemplar roto, carcomido por la polilla, con sus hojas amarillentas por el paso de los años, que al encontrarlo, volví a leer con ansia, haciendo presentes cada una de sus palabars, cada estrofa, cada verso... hablaba de mi tierra, de mis gentes, de sus costumbres, de sus pueblos, de sus llanuras, de sus días claros y soleados, de su impresionante cielo estrellado de verano: Las Morañegas, escrito en 1946 por don Constantino Lucas y Martín, es un canto a La Moraña producido en verso, cuya introducción comienza con el siguiente párrafo:


'A todos mis paisanos los hijos de la tierra labradora, que con hidalgo orgullo llamamos La Moraña.'


Con que avidez devorábamos sus hojas buscando en cada renglón el nombre de nuestro pueblo, con qué atención lo leíamos, con qué cariño lo aprendíamos, identificándonos con cada una de sus palabras que materializaban el sonido de la campana al escuchar el Ángelus, el oleaje de las mieses en primavera o el ruido de las esquilas y cencerros en una cija de una casa de labranza.





'De su alta y fuerte torre, Donjimeno


que de fachenda lleno


a la de Madrigal osado reta'





Elicia Martín Jiménez es profesora de EGB. Actualmente ejerce el cargo de Directora Provincial de Enseñanza en Ávila. Licenciada en Filosofía y Letras.

PUEDE LEERSE EL TEXTO EN LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', NÚMERO 0-1 DEL AÑO 1992, SIN PAGINAR; ESO SI, LLEVA UN VERSO, FRASE O PROVERBIO EN CADA PÁGINA. ESTE ES DE LOPE DE VEGA:

'LA MORAÑA, TRIGO BLANCO Y SIN ARGAÑA'
(LOPE DE VEGA)

Javier Mina Astiz: El Príncipe Valiente

El Libro Que No Lo Era


No recuerdo el año. Ni el el mes. Sólo la cama. Una cama a la medida de la fiebre. Tampoco había más termómetro que la mano que, tierna, recogía de la frente la temperatura y con ese mismo gesto la disimula. No puedo acordarme del nombre de la enfermedad. Ni de cuántos días me retuvo prisionero. Sólo sé que de la oscura Thule vino expresamente a rescatarme un héroe mozo que no tardó, gracias a estas y otras gestas, en ganar las espuelas de caballero de la Tabla Redonda. Porque me rescató, lo suficiente, para que pudiera leer sin cansarme. La verdad es que no había demasiado que leer, pero comparado con otros, los tebeos de El Príncipe Valiente tenían mucha letra que, para mayor rareza, no se encerraba en globos: los personajes hablaban a pie de viñeta. Rareza aún mayor era que las acciones se ventilasen tan rápidamente: en una viñeta se suscitaba un desafío y tres más allá ya había vencedor (generalmente Valiant), o bien en la misma página se preparaba, desarrollaba y tenía fin una gran batalla contra los pictos. La cosa era más llamativa cuanto que un héroe de por aquí El Guerrero del Antifaz, contaba los tebeos por peleas y la espada desenvainada en el número uno de la colección no volvía a la funda ni cien números después. El Príncipe Valiente cobraba además lo suyo, y hubo reyezuelo que le toruró hasta casi la muerte -además, los hematomas y quemaduras se veían-, padecía hambre y sed, y se le veía dormir, comer y trabajar con sus propias manos, ya cazando, ya construyendo chozas o barcos. Pero lo más importante es que por él si pasaban los años, y el mozalbete de los primeros cuadernillos daba paso al hombre aún tierno que jura no volver a enamorarse una vez que los malos asesinan a su primer amor, la dulce Ilena. No obstante se casará con la intrépida Aleta, por la que siente, al principio, una extraña mezcla de amor y odio. Aleta se hallaba muy lejos de la heroina que aguarda el regreso del héroe para convertirse en su reposo, antes bien participaba con él en no pocas aventuras, llegando incluso a salvarle el pellejo -como dicen los tebeos.

Lo que postrado en la cama no acertaba a calificar sino como emocionante, se refería al castigo ejemplar del malo mediante la justa esgrima de la Espada Cantarina; se refería, de igual modo, a la exaltación de la amistad y del amor (pocos personajes de plumilla derramaron tantas lágrimas por el amigo o la esposa), al descubrimiento de países y culturas lejanas, algunas de cuyas costumbres El Príncipe Valiente adoptaba. Supongo, ahora, que tendría más de un defecto, pero, la verdad, viéndole galopar por las sabanas y desalojar de la almohada a las crueles y aguerridas pesadillas, por muy pertrechadas que estuviesen, no me quedó más remedio que hacerme, entonces, su amigo. Quizá también su rival, pues ni la maternidad de Aleta -la hacía muy mayor- pudo suprimir la emoción de un enamoramiento incipiente.

*

Javier Mina es escritor. Colaborador habitual de periódicos y revistas. Tiene numerosas obras publicadas. Es director de la revista 'Literatura' y ha recibido el prestigioso Premio de Novela en Castellano del Gobieno Vasco en 1990.



ESTE RECUERDO DE LO QUE A MINA SE LE HA QUEDADO DE LAS LECTURAS DE NIÑO LO HEMOS LEÍDO EN LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', NÚMERO 0-1 DEL AÑO 1992. SIN PAGINAR Y CON UNA FRASE, VERSO O PROVERBIO REMATANDO PÁGINA.



'EL QUE QUIERE MIEL SE ENFRENTA CON LAS ABEJAS'

(Proverbio wolof)

lunes, 21 de mayo de 2007

José Mª Muñoz Quirós: El otro árbol de Guernica

Las primeras lecturas dejan siempre un eco recóndito en no sé qué parte de la memoria; y sucede así porque caen en un terreno hermosamente abonado para el fruto.
Al elegir una lectura, un motivo de reflexión lejano, pero presente, me viene al corazón la presencia de aquel libro de Luis de Castresana (el escritor ya desaparecido para desgracia de nuestra literatura) que dedicó a su propia vivencia como niño repatriado durante la Guerra Civil española. El otro árbol de Guernica sigue siendo una lectura que recojo, frecuentemente, para cubrir melancolías, para revivir nostalgias, porque los libros como las músicas y los perfumes, ejercen ese poder sobre las personas.


La novela de Castresana tiene todos los ingredientes de la autobiografía disfrazada, escrita en tercera persona para distanciarse de la historia, pero con clímax tan poderoso que el lector huele, rápidamente, el valor testimonial de lo que se cuenta. La historia trascurre en el País Vasco, en los escenarios del propio autor, en un momento decisivo y trájico de la Guerra Civil, nuestro escritor era un adolescente feliz, amante de las cosas esenciales y pequeñas de su tierra, despertando a ese resurgimiento de la sangre y de la vida. Santi, protagonista de la narración, junto con su hermana Begoña, parten de Baracaldo en una expedición hacia Bélgica, donde será refugiado hasta que la guerra finalice.

El éxodo de estos muchachos se produce en unos momentos dramáticos, y ellos lo saben, lo intuyen desde su elemental serenidad, dando color de nostalgia a cada instante, con la resolución absoluta de guardar su identidad mientra dure su lejanía de España; teniendo en cuenta que la novela transcurre, en casi su totalidad, en el extranjero, la paradoja es que el tema único es la tierra, las raíces y el amor de su pueblo.

El viaje se inicia con la esperanzada angustia de volver. Desde el primer momento se dramatiza pendiente de ese instante que se anhela, pegada a la necesidad de pervivir en el recuerdo, de no perder un mínimo detalle a sus esencias elementales. Con esta carga existencial, unos muchachos y muchachas de corta edad se van a enfrentar a 'su guerra', con todo lo que supone la lejanía íntima y desasosegante de la distancia. Será un viaje donde la identidad queda al servicio de la añoranza, aposentada en un tiempo ralentizado, diluido en su nueva medida, subjetivada hasta lo infinito, visionada desde la apreciación del personaje en su propio tiempo. Los hechos y las cosas se suceden; una familia belga que pretende una extraña adopción de Santi, una rebeldía que impide toda proximidad, la lucha por mantener la 'independencia' del corazón, la batalla, día a día, por reflejar su pasión por la tierra lejana, pero nunca muerta en el olvido.

La prosa esencial de Castresana hace de su historia un paseo por la melancolía y el recuerdo, llenando de matices, de silencios angustiosos la pequeñez del argumento, consiguiendo un tono épico en el desarrollo de los hechos, con la heroicidad y la emoción propias de la literatura universal. Y en medio de la desolación y de lo vivo lejano, acontecen los hechos: se reproducen los lazos de conexión con el origen, simbolizados en la matización de cada cosa, como la camiseta del Athletic de Bilbao, o las referencias paisajísticas, llegando al máximo símbolo en 'el otro árbol de Guernica', allá en la lejanía de aquel colegio donde ahora viven su desconsuelo existencial de exiliados. Alrededor del árbol se crea el espacio dramático y el nexo referencial de su identidad. Sólo los españoles pueden resolver sus problemas, discutir su situación rodeando el árbol que se ha erigido en el patrio y en lugar común. Y lo allí dicho es siempre 'ley' de su nuevo código, resolución de sus conflictos más irresolubles. El otro árbol, lejano de su tierra vasca, ampara al solitario, recibe al desesperado, resuelve cada problema, jueces del amor y de la patria.

Aquí reside el eje de la narración, la verdadera esencialidad de la historia. Fuertes y unidos, aunque lejos, están más cerca y más unidos que nadie. Aborrecen el dolor y la guerra que les ha alejado de sus raíces y sueñan con el día de su vuelta, de la misma manera que las aves retornan a su nido después del invierno.

Cuando, al final, regresan, alborozados por su retorno, la tierra no es lo que era, las personas no son las mismas, algo terrible ha sucedido... Al final de todo, cada uno ha luchado a su manera por sobrevivir y guardar lo elemental de su dignidad. La destrucción y la muerte han sembrado los caminos, pero el gesto esperanzador de Santi, infatigable ante el dolor, no deja lugar a dudas, sabe, con toda su inocencia, que permanece su árbol de Guernica, y que florecerá en otra primavera.

*

José Mª Muñoz Quirós es poeta. Accesit del Premio Adonais. Ha publicado varios libros. Uno de ellos editado por la Diputación de Ávila titulado 'Carpe Diem'. Es premio Vicente Aleixandre.


TOMADO DE LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', NÚMERO 0-1 DEL AÑO 1992. ESE NÚMERO VIENE SIN PAGINAR, APARECIENDO REMATADA CADA PÁGINA CON UNA FRASE, VERSO O PROVERBIO (SOBRE TODO AFRICANO). ESTE TEXTO QUE ACUPA DOS PÁGINAS ES REMATADO POR LOS SIGUIENTES VERSOS:




'VIENTRES VACÍOS, OJOS DE CANGREJOS'
- NGANDE -


'PERSIGUIENDO EL PRECIOSO TIEMPO QUE SE ESCAPA'
- MVONDO II -

Ovidio Pérez Martín: Made in Spain


Mínimo homenaje a Leonardo de Sciascia y a su novela El Caballero y la Muerte, donde hace mutis con cierta melancolía.
El inspector C. de policía se apoyaba displicentemente en la barandilla de piedra que recorre las arcadas del patio del Castillo de Magalia. Escuchaba, como un ausente, música con los cascos puestos. Sin embargo, su instinto investigador y los conocimientos técnicos aprendidos en una escuela de sordomudos donde sus superiores le habían enviado durante meses, le permitían seguir con todo detalle la conversación en inglés que dos congresistas norteamericanos mantenían, abajo, en la galería, al solecillo de mediodía.

Se celebraba en el castillo un congreso sobre la fusión fría del átomo en su especialidad de ingeniería financiera de proyectos a medio y largo plazo y, en un descanso, la luz, el aire fresco y la hermosa arquitectura renacentista del patio invitaban a conversar de manera distendida. La forma viva de sus gestos indicaba que los americanos hablaban de algún asunto de máximo interés.

De pronnto el inspector C. arrugó imperceptiblemente el entrecejo y, como un espíritu, desapareció en el interior, bajó con prisa inusitada la escalera, le ocultó un pasillo y salió por una puerta, casi disimulada, que daba al patio exterior.

Las testas juntas, los americanos, con buenas maneras y caras angelicales, seguían su conversación. Pero, mirados con alguna atención, la sombra de Mefistófeles se adivinaba tras su tez sonrosada. Sus manos, al gesticular, aparecían con manchas de óxido en la piel.

El inspector C. llegó al zaguan y, por el empedrado, se perdió en la luz de la calle, como una exhalación.
Sonó un timbre y los congresistas volvieron a las farragosas sesiones del aula.

El inspector C. casi corría por la acera. Pero tuvo que desviarse. Dos beatas interceptaban el paso repartiendo estampitas del Santo Escapulario. Al fin encontró una cabina telefónica.


-A sus órdenes.

-(...)

-¡Ah, si, con toda claridad percibí el nombre de Busch.

-(...)

-¿Qué más? Capté palabras sueltas: conspiración, lamentaciones, cadáveres...

-(...)

-Si, si. Lechuza, lechuza del convento. ¡Ah!, ¿ese el nombre de la operación? ¿Fechas? No capte bien el día, pero repitieron los meses de julio y agosto. ¿Coincide? ¿Que no les quite el ojo de encima? Asus órdenes.

Rápidamente volvió al castillo. Las acacias de la plaza resplandecían como esmeraldas y el intenso olor de sus flores quebró las respiración del inspector, que estornudó por dos veces.

Entró en la sala del congreso sin apenas ser notado y encontró, con enorme sorpresa suya, los asientos de los yanquis vacíos. Echó una mirada por el recinto y nada. Se habían esfumado. Precipitadamente, pero invisible como un arcangel, desapareció. Una remota esperanza de encontrarlos lució en la mente del inspector y no le dejó ver la elegante línea de gansos que surcaba el cielo, azul como bruñido acero.

Llegó al Bar 'X' y respiró con alivio. Allí estaban y, por cierto, hablaban muy bien el castellano. A través de la leve bruma que reinaba en el bar los pudo distinguir en amigable plática con hombres del pueblo. Su oído, fino y sensible como la lengüeta de un clarín, podía distinguir la conversación entre las voces acumuladas.

Un paisano de Las Navas terminaba así su conversación:


-... y ésta es la leyenda de las almas en pena, que resultaron ser lechuzas en sus nidos del convento.

-Desde luego, España es diferente -decía el yanqui John-. ¡Qué divertida huelga de autobuses en Madrid! ¡Qué voces! ¡Muy cómico! Los españoles son muy bulliciosos. A nosotros también nos gusta la bulla. Pero en New York y en Los Ángeles no hay hombres. Allí estamos suplantados por máquinas. ' El ruido lo hacen los coches.

-La Expo 92 -seguía Tohn divertido- no es una castañuela. Es una castaña. Y las ruinas del Pabellón de los Descubrimientos son tan gloriosas como las de Numancia. ¡Qué bien lo han apuntalado! Han elevado la chapuza a arte. Cuando en el AVE nos dirigíamos a Sevilla nos parecía estar en la guerra civil, tanto soldado entre los olivos nos preocupaba.

-Yo creo -ironizaba John- que Naranjito, ni Cobi, ni Curro, es la expresión de España.

-Solo aquí puede oirse sin consecuencias que un ministro equipara a un insumiso con terroristas que matan niños. ¡Será troglodita!

-Y si las cosas acaban como la nao Victoria nadie naufraga. ¡Es la nao!

-Porque lo de Ibercorp tiene bemoles. Una mierda recubre la anterior.

-La anterior era RENFE, ¿no?

-¡Qué satisfacción en la ciudad de Ávila, porque en la muralla han brotado almenas. Nada más propio del '92'.

-Ahora bien -siguió Tohn-, nada tan divertido como la leyenda del convento de san Pablo. Cuando se lo contemos a Bush se olvidará de la conspiración. Las lamentaciones de los gonizantes deben parecerse mucho a los suspiros de las lechuzas. Debieron ser unos meses de julio y agosto muy divertidos los de aquel verano de Las Navas.

Al oir esto último al inspector C. se le cayeron als gafas.


-De modo que éstos no son conspiradores -se dijo-, ni tienen sombras mefistofélicas. No son más que unos vividores, sabios por añadidura, que aburridos del congreso y del átomo, tiene tiempo de charlar con la gente y catar los vinos de la tierra.

Recogió las gafas, salió del bar y corrió al teléfono.


-Jefe, me equivoqué. No sé cómo se han esfumado los conspiradores. Estos no0 son los que seguí hasta la EXPO. Me los han cambiado. ¡Cómo lo siento! ¡Y qué terrible que Bush siga amenazado sin que yo pueda hacer nada para salvarle...

Terminó el parlamento jadeante. Se le cayó el auricular y él, anonadado por su irresponsabilidad, se derrumbó en la pequeña cabina del teléfono, como un uniforme militar que se cae de la silla.

Dos gorriones, indiferentes ante el inspector caído, se entretenían en amorosos juegos propios de la primavera.

En ese momento, los teletipos de todo el mundo daban la noticia: 'Bush ha sido asesinado'.

*

Ovidio Pérez Martín, es profesor de EGB. Autor, entre otros, del libro de poemas, 'Soporte del viento', que le acaba de publicar la Institución Gran Duque de Alba.

LEIDO EN LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO', NÚMERO 0-1 DEL AÑO 1992.
REVISTA SIN PAGINAR QUE ACABA CADA PÁGINA CON VERSO, FRASE O PROVERBIO. EN LAS DOS PÁGINAS QUE OCUPA ESTE RELATO VIENEN DOS VERSOS DE 'UTAMSI':

'ME DESOLA EL CIELO TAN TRANQUILO'
y
'LOS VIENTOS DESPLUMARON LOS LOROS'